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N ° 45/2000

Buenos Aires, diciembre 26 de 2000.-

LA ESTAFA DE LA REFORMA JUBILATORIA

      Con el correr de los días la promesa realizada por el Presidente Fernando de la Ruina hace más de cuarenta días por “cadena nacional de radiodifusión” de eliminar el sistema de reparto se fue diluyendo y solo ha quedado en pié la decisión de robarle a todos los aportantes la PBU (prestación básica universal).

      La nueva reforma que ahora se propone llevar a cabo el gobierno se basa en establecer un pago “solidario” de $ 100 mensuales a quienes jamás aportaron, a quienes trabajan en negro, etc y eliminar la PBU que corresponde a los aportes hechos por muchos años por trabajadores, profesionales y demás autónomos.

      Esos $ 200 de la PBU corresponden a los aportes anteriores al establecimiento del sistema de capitalización en competencia con el sistema de reparto, y a la subsistencia de este. Ahora el gobierno se propone transformar ex post los aportes en un “impuesto” o gabela tributada al reino, es decir se propone confiscarla.

      Pero en su inmoralidad avanza todavía más allá y pretende mantener la obligación de pagar el aporte para pagarle una prestación a los que no pagaron, no pagan y no pagarán.

Esto implica transformar los aportes jubilatorios en impuestos específicos y confiscar los aportes anteriores.

Es una inmoralidad y un acto de corrupción. Es la corrupción disfrazada en esa palabra , “solidaridad”, tan usada para justificar los robos del estado. Que roba a unos prometiendo darle a otros.

La única reforma real del sistema jubilatorio es permitir que cada uno ahorre como quiera. Si las AFJP son buenas conseguirán clientes que le confien sus ahorros, ni siquiera es justo que nos obliguen a aportar a ellas ya que mientras lo hacemos con ingenuidad el Estado Nacional les exige que le financien su fiesta con bonos a menores tasas de interés y el caradura del Presidente y sus ministros lo llaman “blindaje”.

Es una defraudación masiva organizada desde el estado a todos los ciudadanos que estamos ‘marcados’ dentro del corral, del campo de concentración. Es una señal de inseguridad jurídica fenomenal.

El Anses mientras tanto ha lanzado una masiva campaña publicitaria con nuestro dinero para instarnos a “pagar los aportes hoy por lo que trabajaron ayer” (y no pagaron). Lo que demuestra que la voluntad real del gobierno aliancista es mantener el sistema de reparto del cual vale la pena hacer alguna reflexión.

El sistema de reparto no solo ha fracasado, evidencia que se comprueba todos los días con los reclamos de jubilados y solidaristas profesionales, sino por la masiva elección –más del 98%- de los aportantes a favor del sistema de capitalización de las AFJP. Este último puede ser malo, pero pocos advierten que los daños y el fraude que ahora se hace se sufrirá en 20 años.

La otra cuestión es la corrupción interna del Anses por el cual se hacen liquidaciones erróneas ex profeso, de forma tal que “abogados expertos” vinculados con la administración luego ofrecen hacer juicios a los jubilados.

Así ha hecho su fortuna el esposo de la Diputada del Frepaso María América González, que también reclutaba “clientes” desde su columna televisiva. Hacen un pingüe negocio con los jubilados y el dinero nuestro.

No se conocen casos de reclamos judiciales por liquidaciones mal realizadas, jubilaciones mal liquidadas de AFJP, pero en el Anses siguen sucediendo los errores y los consiguientes juicios, que siempre se pierden y terminan generando aumento del gasto público, de los impuestos y la deuda pública.

Mientras tanto los progresistas que maman la teta del estado corrupto defienden la subsistencia del sistema con excusas de sostener un sistema solidario.

La verdad es que el sistema de reparto se quiere mantener para seguir repartiendo cargos y haciendo el negociado de los juicios contra el Anses por malas liquidaciones.

Y una vez más el vacilante Fernando de la Ruina ha cedido a las oscuras corrientes de la corrupción generalizada manteniendo el sistema estatal.

 

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