N ° 45/2000
Buenos Aires, diciembre 26 de 2000.-
Es muy difícil escribir en esta época navideña. Uno quisiera hacer un balance positivo y no puede. Entonces uno busca una luz al final del túnel y no la encuentra, o peor aun ve una luz que se agranda mientras sabe que estamos detenidos. En lugar de estar saliendo del largo y oscuro túnel lo que sucede es que un tren viene hacia nosotros.
A la aparición del Presidente Fernando de la Ruina en Video Match se suma el desafortunado mensaje navideño difundido un día después mediante el uso de la antidemocrática y antirrepublicana “cadena nacional de radiodifusión”. Que dicho sea de paso ha sido usada más veces por de la Rua en un solo año de gestión que por Carlos Menem en 10 años.
Uno llega a preguntarse si el Presidente de la Nación está en sus cabales o solo ha sido afectado por el calor estival. El jueves no solo cometió decenas de furcios que, salvo honrosas excepciones, le han sido perdonados por su clac de periodistas progres, sino que no pudo encontrar la salida del escenario, como tampoco encuentra la salida al laberinto donde metió al país.
La salida es fácil de encontrar, ya el Chacho Sobremonte la encontró hace tres meses al renunciar. Parece la mejor salida para un gobierno que por diez años fue promovido por el multimedio Pravda Clarín y en menos de un año todos estamos deseando que se vaya. No se trata de proponer un golpe de estado, sino de impulsar la renuncia o el juicio político, ambas soluciones resultan adecuadas a nuestra Constitución.
Pero como si no bastara para enervar los ánimos de la ciudadanía demostrar en un programa cómico la clase de inepto que nos gobierna el viernes don Fernando de la Ruina desde su transitorio Versalles nos dirigió un fantasioso discurso político utilizando las Navidades para entrometerse sin permiso en nuestras casas para hacer política.
Veamos las insólitas frases del Presidente que tienen mucho de aleccionador.
“especulaban con que dilapidaría mi capital político para hacer lo que se debía hacer para salvar al Estado” Es decir que a de la Rua le importa su capital político, pero no el nuestro, y además cree que lo importante es salvar al Estado. Es la confesión subconsciente de un político socializante que cree que el Estado es un fin en sí mismo, que está por sobre las vidas, derechos y libertades de los ciudadanos. Todo sea por el Estado.
“en definitiva terminamos este año con un gran éxito, el ‘blindaje 2001’. Esto es lo que estábamos haciendo mientras algunos decían que no hacíamos nada”. Hay que destacar que este blindaje es ante todo no un premio sino un salvataje por los gruesos errores cometidos durante su gestión presidencial por haber alcanzado la cesación de pagos. Queda por destacar que además por ahora el “blindaje 2001” es solo una fantasía del gobierno aliancista, ya que para recibirlo deben hacer cambios a los que gran parte del Frepaso y la UCR se oponen. Los festejos del presidente de la Ruina fueron sintetizados en las palabras de Federico Sturzenegger “Parece curioso que el Gobierno salga a festejarlo. Es casi como que un amigo me choque el auto y después pida una felicitación porque consiguió un chapista barato” La Nación, 24 de diciembre de 2000.
“a partir de esta extraordinaria operación económica podremos crecer espectacularmente y comenzar a generar los empleos que necesitamos. El blindaje es una operación económica, política y financiera inédita, que genera un fondo de garantía tan grande para el país que despeja cualquier amenaza o duda sobre el futuro de la Argentina”. Puro voluntarismo, porque las llaves de la bodega las tiene el mismo borracho de siempre, así es que la amenaza sigue vigente, salvo renuncia del mismo Presidente. Porque con el blindaje no cambian las razones que expulsan inversiones, los altos impuestos, las excesivas regulaciones, el excesivo costo del estado. Por el contrario el blindaje asegura que se robaran los fondos de pensión privados, que el estado seguirá sin hacer su ajuste y cobrando elevados impuestos para las “políticas activas y sociales” de los políticos.
“Por mi parte pondré en marcha un gran plan de obras públicas”. Esta es la décima vez que lo anuncia y todavía no hizo nada, pero más grave aun es que las obras públicas no harán competitivas a las empresas, sino que solo darán un empleo transitorio que en el actual marco económico no es financiable para los sectores productivos y exportadores. Argentina para crecer y generar empleo no necesita obra pública, sino un mercado libre y bajos impuestos, pocas regulaciones. Sacarse el costo y peso de la desventaja que significa el estado. Si todavía tenemos un presidente que sueña que la obra pública salvará al país estamos fritos.
“El mundo ha sabido ver las virtudes de un gobierno serio y de un país con futuro.” El mundo financiero vio claramente el futuro negro que un default del Estado Argentino traería a sus carteras y quiso evitarse la pérdida en los balances que cierran el próximo 31 de diciembre. En cuanto a las virtudes de un gobierno serio deben ser sus apariciones en los programas de Susana Gímenez y Marcelo Tinelli, el haber puesto a cargo de Educ.ar a su hijo de 25 años cuyos antecedentes en educación se sintetizan en pasar exámenes por teléfono, o en echar al Ministro Juan Llach que al menos quería modernizar la universidad pero ello chocaba con Franja Morada, o en su presencia en la no cumbre de presidentes en Costa Rica, en su denodado intento de soltar a los asesinos del MTP (¿abrirá las jaulas del zoológico si se lo pide la Comisión Interamericana defensora de los derechos humanos de los zurdos?), o en sus impuestos retroactivos, etc.
“Yo debo ver más allá porque soy el Presidente”. Ya demostró que ve mucho más allá en Video Match, o cuando robo el dinero de los ciudadanos con su impuestazo, al que reconoció como error pero lo mantiene. Eso sí que es ver más allá.
“¡Ah! Y una gran satisfacción: bajamos impuestos”. Realmente esta afirmación solo se entiende si aceptamos que estaba borracho o es un incapaz mental. O peor aún nos desprecia a tal punto que no le importa mentir en forma tan descarada mientras ensaya un mensaje navideño que era la reafirmación de su declaración de guerra.
“En nombre de Inés y toda mi familia les deseamos felices fiestas, y como siempre, cuídense en los festejos”. No interesan a nadie los deseos de su familia, estas declaraciones son las de un soberbio autócrata, de un monarca pseudo ilustrado, que al menos tendría la virtud de no pretenderse democrático.
Todo un desvarío al que suma la irresponsable actitud de nuestro Sobremonte que huyó de sus responsabilidades antes del año de ejercerla. Porque el Chacho Sobremonte que se borró sin hacerse cargo que si hubo sobornos al Senado fue justamente en la única sesión que él presidió y quienes coimearon fueron sus socios políticos, reapareció para proponer gastarse el “blindaje”.
En cuanto olió dinero volvió a querer compartir el poder, pero jamás el costo de ejercerlo. Cómoda posición la que pretende Chacho Sobremonte que quiere compartir el poder pero no los costos derivados de tomar decisiones. Sus propuestas se refieren a como gastar nuestro dinero y dejarle la cuenta a otros.
En su desvarío navideño Chacho Sobremonte deslizo su amenaza sobre la posible ruptura de la Alianza expresando que si se quebraba habría una crisis de gobernabilidad. Falacia increíble porque la crisis de gobernabilidad ya existe y la Alianza dicen ellos aun no se rompió, pero por sobre todo porque la Alianza es un problema de sus dirigentes, no del país.
Es Chacho Sobremonte quien quiere sostener la Alianza para pedir lugares desde donde ejercer el poder. Por cierto que su lucha siempre fue por la aduana y la Afip, es decir por la caja y la herramienta de persecución.