N ° 43/2000
Buenos Aires, diciembre 11 de 2000.-
Una conducta típica de la inmoralidad socialista es no hacerse responsable jamás de los propios errores y mejor aun atribuirlos a terceros. La discusión del presupuesto nacional para el año 2001 es una demostración más de esa conducta tan arraigada en gran parte de nuestra dirigencia.
Mientras don Fernando de la Ruina insistía en que era vital aprobar la ley de presupuesto del año 2001 para obtener el blindaje financiero se fue de viaje a la asunción del presidente de Méjico, luego a una no cumbre de presidentes.
En el ínterin tuvo tiempo de ir a visitar al plantel profesional de Boca Juniors que había ganado la Copa Mundial de Football en Japón.
La no cumbre fue tal porque de 6 presidentes invitados faltaron cuatro. La televisión norteamericana permitía ver a nuestro presidente junto al presidente de Costa Rica y las demás sillas vacías tratando los seguramente muy importantes temas que ni siquiera merecieron la atención de los demás presidentes centroamericanos.
A su regreso se fue a almorzar al Campeonato Mundial de Golf mientras el Senado Nacional trataba el presupuesto.
Si ese proyecto de ley es tan importante para el gobierno el Presidente de la Nación se ha ocupado de demostrarnos que es un irresponsable, ya que mientras una ley vital se debatía y sancionaba él estaba de paseo en Venus.
Ya abriendo el paraguas de su irresponsabilidad, el gobierno se lanzo a decir que el presupuesto en tratamiento tiene como problema que en Diputados se rechazo el artículo 58 del proyecto. Dicho artículo no hacía más que prever facultades extraordinarias para poder despedir funcionarios y poner en dichos empleos a personas adictas al actual gobierno.
Pero sucede que dichas facultades ya las tenía el gobierno por la ley de emergencia económica y por el mismo artículo 19 del presupuesto enviado al Congreso.
Como el presupuesto en trámite prevé un gigantesco aumento del déficit fiscal, que supera del cual se quejaban haber heredado, comenzaron a buscar un culpable ajeno al gobierno.
En otras palabras todo el debate sobre el artículo 58 del proyecto de presupuesto nacional es una gran mentira más del gobierno delaruinista.