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N ° 40/2000

Buenos Aires, noviembre 20 de 2000.-

PREGUNTA INGENUA

      Para muchos la actitud del Eduardo Duhalde al reconocer que “la dirigencia política argentina es una mierda, y yo me incluyo” fue un acto de sinceridad, para otros ha servido para hacer burlas.

      Más allá que toda generalización resulta injusta hay que reconocer que la mayoría de los argentinos sienten y piensan como Eduardo Duhalde. Lo que no deja de asombrarme es que si Duhalde se puede auto calificar así hace solo un año se haya candidateado a ser Presidente de la Nación.

      Si Duhalde se califica a sí mismo como una mierda, ¿cómo se anima a seguir haciendo política y dando clases en una facultad?

      Su mérito ha sido ser, tardíamente, sincero, pero a confesión de parte relevo de prueba dice el viejo adagio del derecho, Duhalde debería retirarse.

 

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