N ° 40/2000
Buenos Aires, noviembre 20 de 2000.-
La “villa 31” ha vuelto a dar que hablar esta vez porque nuestro nuevo alcalde, Aníbal Ibarra anunció que en el lugar construirían edificios para darle vivienda a los usurpadores. Demás está decir que son algunas de las tierras más caras de la ciudad de Buenos Aires, todos lo sabemos, es el corrupto principio de usar el dinero de los contribuyentes para premiar delincuentes, hacer negocios propios, mientras la suciedad crece cada día y como consecuencia natural aumenta la población de ratas.
Así se hace cumplir la ley en Argentina, en lugar de perseguir penalmente a los usurpadores de la llamada “villa 31” se los ha de premiar y beneficiar con departamentos a dos cuadras de Plaza San Martín y la zona de hoteles cinco estrellas. Por supuesto que Aníbal Ibarra planea hacerlo con el dinero ajeno, con de los porteños.
Hace poco más de un año la Alianza denunció a Víctor Alderete porque se había demorado algunos días en hacer una denuncia penal por alguien que decía estar siendo coimeado en nombre de él. Sin perjuicio de los tecnicismos legales que deberían haber llevado a procesar a los falsos denunciantes y no a Víctor Alderete, esta vez la Alianza no solo no denuncia a los usurpadores, sino que además anuncia públicamente su intención de malversar dinero de los contribuyentes para “premiar” a los delincuentes.
Hace más o menos cinco años Jorge Domínguez decidió erradicar la “villa 31” para lo cual envío las topadoras con la intención de desalojar a todos los usurpadores, pero fue justamente Aníbal Ibarra uno de los concejales de la ciudad que se presentó en el lugar para impedir la legítima acción de Jorge Domínguez.
Se ve que ya tenía en sus planes malversar nuestro dinero y dar un claro mensaje a todos los ciudadanos de Buenos Aires, pagarán sus impuestos para que Aníbal pudiera hacer sus “desarrollos inmobiliarios”.
El proyecto anunciado por Ibarra no es una cuestión estética, ni de urbanismo como andan sosteniendo algunos es una cuestión moral. O con mayor precisión es una cuestión más inmoralidad política del socialismo que nos gobierna.