N ° 39/2000
Buenos Aires, noviembre 13 de 2000.-
Ahora explican que Gore perdió por los votos de Nader.
Siguiendo esa línea de razonamiento si Perot no se hubiera presentado en 1992 todavía los republicanos estarían gobernando y Clinton jamás hubiera salido de Arkansas.
¿Porqué los progresistas zurdos son dueños de los votos de la gente? hasta ahora siempre pensé que cada uno de nosotros somos los dueños de nuestros votos, no los candidatos.
¿Quién puede afirmar de quien es cada voto, o a quien hubiera ido si había otros candidatos, o no existe tal candidato?
Se trata de la soberbia socialista, autoritaria, donde analistas, políticos y periodistas le hacen interpretan nuestras palabras y votos mejor que nosotros mismos, nos hacen decir lo que ellos piensan aun cuando estemos gritando otra cosa.
Los que votaron por Nader este año o por Perot en 1992 votaron por ellos, nadie puede decir que hubieran votado, ni siquiera si hubieran ido a votar, ahora si van a usurpar los pensamientos de los votantes que piensen que otros podrían usurparlo en sentido contrario.
Para los demócratas y su clac de periodistas progres, cuando un candidato puede “quitarle” votos a los republicanos, como en el caso Buchanan lo celebran y promocionan como una muestra del glorioso sistema democrático norteamericano que permite que cualquier persona compita buscando el apoyo electoral del pueblo.
Por el contrario si un candidato puede quitarle al candidato demócrata se lo trata de narcisista, egoísta, maníaco, y en este año 2000 hasta se permitieron sugerir que Ralph Nader como jamás se casó es homosexual.
Volviendo a la cuestión moral del voto del pasado martes 7 de noviembre puede verse claramente la validez de la tesis acerca de las razones morales de los votos. Las dos minorías de ciudadanos de raza negra e hispanos (con exclusión de los cubano americanos) votaron masivamente (casi un 90%) por Al Gore, que era quien les prometía quitarle a los “más ricos” para darle a ellos.
Un dato no menor es que el 20% de los norteamericanos pagan el 80% del total de los impuestos que recauda el estado federal. Lo cual explica porque Gore y los demócratas utilizan la demagogia de prometer mayores impuestos a los ricos para repartirle a las minorías.
La minoría cubano americana, más allá del caso Elian, voto masivamente por George W. Bush. Los cubano americanos son un grupo que se ha adaptado a las reglas del capitalismo norteamericano en forma exitosa en solo una generación, o menos.
El registro del voto de estas minorías es demostrativo de cómo opera el socialismo de las propuestas de Al Gore y como siempre existen personas que esperan que los políticos roben a otros para darle a ellos.
Sin entrar en los detalles de la votación en cada condado es importante tener en cuenta que en la Florida el Procurador General (Jefe de los Fiscales) es miembro del Partido Demócrata. Lo mismo sucede con la oficial que diseño las boletas tan discutidas de Palm Beach. Donde esta señora explico que su intención era poder hacerlas en letra más grande para que los jubilados pudieran leerla sin problemas.
El Servicio de Inmigración de los EEUU (INS) tenía un oscuro programa de nacionalización de extranjeros en la Florida, llamado “Backlog Reduction Program” (Programa de reducción de pedidos acumulados) por el cual nacionalizaron extranjeros justo hasta el 1° de octubre. La registración para votar vencía el día 10 de ese mismo mes. A los encargados del programa le pagaban un bono extra equivalente a 40 horas de trabajo si superaban las metas de nuevas nacionalizaciones.
Un programa similar fue ejecutado también en 1996, en ambas oportunidades el INS admitió nacionalizar personas que solo llevaban tres días de residencia en los EEUU, personas sin trabajo, familia, o negocios en los EEUU también fueron nacionalizados. Violando normas federales las entrevistas se hicieron en lengua extranjera (no inglés). Todo fuera por ganar la Florida.
Cuando las encuestas daban a George W. Bush ganador en el voto popular y posiblemente a Gore en el voto del Colegio Electoral pocos días antes de las elecciones el gobierno federal emitió un dictamen por el cual explicaba que el presidente legal y legítimo sería quien tuviera mayoría de votos electorales.
Esta preparación de la ciudadanía para aceptar el triunfo en el Colegio Electoral tuvo el apoyo de numerosos periodistas y jet seters de Hollywood, los mismos que hace unos días comenzaron a publicar avisos personales reclamando que el único presidente legítimo es aquel que tenga más votos populares.
Algo así como entrar a la cancha a jugar al football y cuando nos llenan de goles pedir que el partido se resuelva por tiempo que tuvo la pelota cada equipo y no por goles. Cambiar las reglas, o pedir su interpretación según la conveniencia política del momento. Algo que en Argentina y en muchos países de América latina ha sido fuente del fracaso de las democracias, y del subdesarrollo por la inestabilidad jurídica e institucional.
No quiero entrar en los detalles del recuento de votos y las enseñanzas que su padre habrá dejado a William Daley, jefe de campaña de Al Gore, Richard Daley era alcalde de Chicago cuando John F. Kennedy derrotó electoralmente a Richard Nixon en 1960. En esa elección existía una diferencia del 0,2% del total de votos a favor de Kennedy y existían fundadas sospechas de haber existido fraude a favor del Partido Demócrata en la ciudad de Chicago, que fueron los que dieron la victoria de Kennedy. Nixon aceptó la derrota para alejar la inestabilidad institucional.
Gore y William Daley hacen todo cuanto pueden para evitar aceptar su derrota, tanto que dos diarios que en sus editoriales habían apoyado expresamente su candidatura (Washington Post y New York Times) le han pedido que deje de lado su ambición personal y acepte la victoria de George W. Bush.
El Colegio Electoral en los EEUU sigue funcionando porque es una de las garantías del sistema federal de la república. El voto de los estados asegura que todos sean escuchados y no solo los grandes conglomerados urbanos. No existe vacío de poder, no existe un sistema antiguo, ni caduco, salvo para aquellos seguidores del principio del “centralismo democrático” eufemismo de Lenin para asegurarse el control absoluto y centralizado del ejercicio del poder.
Si algo queda por rescatar de esta elección presidencial en los EEUU es que allí también la moral capitalista está asediada. Pero los votos por George W. Bush, cuyo partido remonto más de ocho millones de votos de diferencia que en 1996 obtuvo Clinton; ¡es la moral, Idiota¡