N ° 36/2000
Buenos Aires, octubre 23 de 2000.-
Resulta natural que los debates presidenciales en los EEUU sean casi excluyentes en la atención del periodismo y por supuesto de ciudadanos de todo el mundo. Una vez más en el análisis de los debates políticos de los EEUU se puede advertir la parcialidad mediática simpatizante de la izquierda.
En la elección para Senador por New York cuando Rick Lazio del Partido Republicano camino hacia Hillary Clinton fue atacado por la gran mayoría de los medios por haberla acosado a su rival. ¡Justo a Hillary! Cuando Gore se dirigió a George W. Bush para interpelarlo sobre el sistema de salud el mismo periodismo que critico a Lazio callo sobre esa actitud del Vicepresidente de los EEUU.
Los medios que también en EEUU son mayoritariamente progresistas, helase izquierdistas, no comprenden como ante una inmejorable situación económica Bush aventaja en las encuestas a Al Gore, por lo tanto buscan como descalificar a Bush por cualquier cosa.
Mientras omiten explayarse sobre las constantes e innecesarias mentiras de Al Gore, que no deberían ser un tema menor dado el poder que tiene un presidente de los EEUU. Gore se la pasado mintiendo lo cual revela alguna inestabilidad psicológica importante. Sin embargo para la prensa es un tema menor.
Veamos algunas de las mentiras de Gore.
Ha dicho que su primo sufrió un ataque de gases tóxicos en el frente de los Balcanes durante la Segunda Guerra Mundial. Su primo sirvió en Francia.
Sostuvo haber sido uno de los autores del establecimiento de la Reserva de Petróleo Estratégica de los EEUU. La misma fue creada dos años antes que fuera electo por primera vez miembro del Congreso
Ha sostenido que cuando era niño su madre le cantaba “Union label”. La canción en cuestión fue compuesta cuando Gore ya tenía 27 años.
Sostuvo haber creado la Internet.
Sostuvo haber apoyado el Tratado de prohibición de Pruebas Nucleares. Es falso porque se opuso al mismo (¿donde estarían los verdes que omiten este detalle de su héroe?).
Ha sostenido que como Senador fue coautor de la iniciativa para regular los aportes políticos llamada Mc Cain – Feingold. Lo cual es falso, dado que Russ Feingold llego al Senado cuando Gore era Vicepresidente.
También ha sostenido haber sido el autor e inspirador del discurso de Hubert Humphrey en la Convención Demócrata de 1968, haber escrito las leyes de “créditos fiscales sobre impuesto a las ganancias, etc. Lo cual es falso.
Las mentiras de Gore sobre sus actuaciones en el financiamiento político, en la destrucción de pruebas sobre dichas acciones ilegales, sus repentinos olvidos ante jueces y fiscales no hacen más que agravar la conducta de Gore. Sus mentiras son distintas a las de Clinton, estas se refieren a situaciones indebidas que han sucedido, las de él además son inconexas y alejadas de hechos reales.
Es como que Gore miente compulsivamente, aun cuando no lo necesita, ni este intentando evitarse otras consecuencias más graves. Miente bajo juramento o en campaña, pero siempre va dejando mentiras que la mayoría del periodismo prefiere callar.
Pero lo relevante del análisis de los debates desde el periodismo es la aceptación de un dogma socialista. Para el periodismo en general Gore siempre demuestra mayor solvencia en sus propuestas porque ellas prometen soluciones desde el estado. No pueden aceptar que las propuestas de George Bush sean confiar en la gente, devolverle las decisiones de la educación de sus hijos, de elegir su salud, de ahorrar para sus jubilaciones. Para el periodismo es más fácil analizar las promesas socialistas del estado benefactor, entonces siempre creen que Bush carece de propuestas.
Para George Bush se trata de una elección entre la libertad y la innovación consecuencia de ella frente a la planificación centralizada en Washington y la burocracia del gobierno central. Mientras el periodismo en general intenta mostrar a la administración Clinton como la responsable de la riqueza y el progreso actual de los EEUU, los republicanos de George Bush, y muchos norteamericanos, creen que el gobierno no tiene nada que ver con la innovación tecnológica, el desarrollo de tecnologías y nuevas empresas, softwares, y nuevas fábricas, sino que ellas son el resultado de la libertad individual, del capitalismo y del libre mercado.
Demasiado para el periodismo progresista, en los EEUU y todo el mundo, por eso no se explican como el pueblo norteamericano puede votar en favor de George W. Bush, porque lo dan ganador en los debates. Ellos creen que no puede votarse en contra de Clinton y Gore, pero el pueblo tal vez está pensando en votar por quien le promete respetar sus derechos y reducir la intervención del estado, es decir por quien les dice que tiene más confianza en las decisiones individuales y voluntarias de sus ciudadanos que en la planificación centralizada.
Casi siempre la soberbia de los análisis del periodismo tiene su raíz en su mala formación en la economía, por eso no se explican como el pueblo vota por líderes capitalistas, libre mercadistas, de derecha para ellos.
Así en Argentina Clarín anuncia que De la Rua visitará una “Galicia rica y moderna”, pero omite decir conservadora y liberal, porque ha sido el gobierno de Manuel Fraga Iribarne el autor del cambio en Galicia. En los EEUU no encuentran razón alguna para votar por ese vaquero (Bush) que vive a cielo abierto, confiando en su pueblo y en lugar del maquinista (Gore) que promete que hay luz la final del túnel.
Todavía hay mucho que prefieren que alguien maneje la sociedad, es más fácil convencer a uno solo que a millones. Es más fácil corromper y engañar a unos pocos en cualquier capital, que venderle algo a millones que pueden elegir libremente.