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N ° 36/2000

Buenos Aires, octubre 23 de 2000.-

ACTO Y ATROPELLO

      El pasado miércoles algunas organizaciones judías y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires organizaron un acto por la paz en la esquina de las calles Arroyo y Suipacha.

      Para ello cortaron el tránsito desde temprano, instalaron controles de seguridad para “evitar” atentados, prohibieron a los vecinos sacar de sus cocheras a los autos, o guardarlos al volver de su trabajo, o de donde fuera.

Una vez más todo el barrio debió sufrir el atropello de la demagogia del gobierno. Porque si existe peligro de un atentado lo razonable es hacer el acto bien lejos de edificios, escuelas, iglesias y comercios, por ejemplo en Canal 7, en la Reserva Ecológica, etc. De esa forma evitan poner en peligro la vida y propiedad de los vecinos del barrio de Arroyo y Suipacha.

Adicionalmente de violar su derecho a transitar libremente, a usar su propiedad (como en el caso de los autos).

Si quieren la paz, lo mejor que podrían hacer las organizaciones judías y los gobiernos del mundo es sostener el cumplimiento de los Acuerdos de Oslo entre el estado de Israel y los palestinos. Hacer actos que ponen en peligro la vida de ciudadanos argentinos y extranjeros, que restringen arbitrariamente el uso de nuestras propiedades es un atropello innecesario.

Como muestra del absoluto desprecio del Gobierno la calle Suipacha quedo cortada hasta el día siguiente al mediodía con el consiguiente problema de tránsito y para quienes tenemos cochera en la calle Suipacha que hasta muy tarde en la noche no se nos dejo volver a guardar los automóviles y ello debiendo circular de contramano, lo cual también seguía al día siguiente.

Mientras los ladrones roban autos sin que nadie los detenga, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para hacer demagogia nos obliga a dejar autos en la calle en un barrio donde hay que pagar parquímetros, o contratar cochera. De cualquier forma se constituye en una demostración de cómo el gobierno aliancista atropella nuestros derechos para hacerse el “popular”.

 

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