N ° 33/2000
Buenos Aires, octubre 02 de 2000.-
Hace un año cuando Chávez llego al gobierno de Venezuela tomó innumerables medidas para crear una “nueva política”, suspendió el congreso, sustituyo la Constitución de Venezuela. Todo en base a elecciones libres donde se ataco a la vieja partidocracia. Algo así como lo que proponen hoy aquí el Chacho Álvarez y Cavallo.
Las políticas económicas de Chávez no son nada buenas para el desarrollo y progreso de la economía venezolana, salvo su decisión hace un año de impulsar la suba del precio internacional del petróleo.
Una mirada destemplada y utilitarista debería llevarnos a apoyar esta política de Chávez. En Europa como aquí el combustible tiene más de un 70% de impuestos. Si el petróleo sigue subiendo más tarde la presión de los consumidores se hará sentir y la Comunidad Europea deberá abandonar algunas de sus políticas de subsidios.
Frente a la suba de las naftas la primera cuestión sobre la cual tuvieron acuerdo total e inmediato todos los ministros europeos de finanzas ha sido no reducir los impuestos a los combustibles. Si lo hicieran deberían dejar de subsidiar al “multiculturalismo”, pantalla de sus subsidios agrícolas.
Por lo tanto estoy casi más cerca de Chávez y la OPEP que de mi bolsillo. Ya que la suba del precio del petróleo y sus derivados de ser sostenida en el tiempo podría ser la palanca necesaria y ocasional para terminar con las prácticas productivas desleales de los europeos en su sector agrícola. Si se sostiene un alto precio del petróleo en algún momento camioneros europeos y usuarios de automóviles van a reclamar la rebaja de los impuestos a las naftas. Si sucede ese conflicto podría quitarle al sector agrícola argentino un competidor desleal.
El otro beneficio es que las fábricas de automóviles deberán por fin invertir en motores de menor consumo, o combustibles alternativos, y podría derivar en eliminar muchas discusiones con grupos de activistas de izquierda encubiertos bajo el ecologismo, además de preservar recursos no renovables por mayor tiempo.
¿Llegará el tiempo en que digamos ¡Viva Chávez!?