N ° 32/2000
Buenos Aires, septiembre 25 de 2000.-
Los reclamos del Vicepresidente de la Nación pidiendo las renuncias de algunos senadores recuerdan a Robespierre. No se trata de una actitud cualquiera, ni siquiera de lo que cada uno de nosotros pensemos sobre algunos o todos los senadores. Es él acusa quien debe probar sus denuncias, no se puede pretender que todos los denunciados deban renunciar solo por serlo.
Pedir renuncias por la mera denuncia o sospecha es abrir el camino de sistemas totalitarios. Así fue como se justificaron los excesos de la represión durante el gobierno de Isabel Perón y el Proceso. Esa política ha sido alentada por Robespierre durante el llamado período del Terror durante la Revolución Francesa.
Aquí el Chacho Álvarez con el respaldo del Grupo Pravda y TASS (Clarín) se empeña en denostar a algunos senadores denunciados. Tal vez muchos sospechamos de ciertos políticos y senadores, en estos días, pero ninguno hemos visto prueba alguna, es solo la propaganda masivamente distribuida, repetida y machacada hasta el hartazgo en nuestras mentes por el grupo de periodistas “progres” del grupo Pravda.
Es un juego muy peligroso porque hoy se aplica a los Senadores Genoud y Cantarero, mañana podría ser al mismo Presidente de la Rua, o también al propio Chacho, a Ud. O a mi. Si condenamos por denuncias o sospechas, pero sin pruebas, y aceptamos este principio como válido abrimos la puerta al nazismo, al comunismo, al fundamentalismo.
El Chacho crece hoy con este sistema, pero mañana será víctima del mismo como sucedió con Robespierre.