N ° 31/2000
Buenos Aires, septiembre 18 de 2000.-
Un modelo socialista necesita también cerrar los medios de comunicación, cuanto más mejor. Es que si algo no resiste el socialismo es la competencia, por lo cual permitir libertad y competencia en materia de información es casi suicidio. Por eso el COMFER (Comité Federal de Radiodifusión) ha presentado un anteproyecto de Ley de Radiodifusión tendiente a cerrar el corral y dejarnos bajo el control del grupo Pravda y la Agencia TASS.
El nuevo proyecto establece que las radios y televisoras deberán ser propiedad en al menos un 60% de capitales nacionales. También establece contenidos mínimos de emisión producida localmente, en un 35%.
El proyecto crea una nueva función, con sus correspondientes oficinas, autos oficiales, viajes al exterior, secretarias, ñoquis, etc. llamado el “defensor del usuario de radio y televisión” quien debería ser una persona de reconocida trayectoria en el plano cultural, social y académico. Dicho esto por un gobierno cuyo Secretario de Cultura, Darío Laperfida no ha terminado el colegio secundario, reconoce fumar marihuana, etc. y el rector de la Universidad de Buenos Aires ha convertido a la misma en un refugio de militantes partidarios en lugar de un centro de altos estudios, podemos quedarnos bien tranquilos.
Necesitamos un nuevo ‘defensor’ porque no sabemos cambiar de radio y canal, no sabemos para que sirve el control remoto. En realidad este funcionario será una nueva fuente de corrupción, repartidor de privilegios y servirá para asegurar un empleo a los artistas y periodistas favoritos de cada gobierno, para cobrase las coimas de aquellos medios que no cumplan con los contenidos nacionales mínimos, etc.
Todo es una demostración de autoritarismo y planificación estatal contraria a la libertad de información, educación y decisión. ¿Creerán que somos tontos y por eso elegimos ver series extranjeras? ¿Si hoy empezamos por razones “culturales” con estas imposiciones quien asegura que mañana no sea la banca, o el papel higiénico? ¿Porque bancos, industrias, productores agropecuarios, de servicios deben competir con el extranjero y los productores de televisión y radio no?
¿Son estas las señales de mantener el rumbo de apertura e integración al mundo?
¿Porque los capitales extranjeros pueden ser dueños controlantes de bancos, empresas alimentarias, petroleras, correos, cadenas de distribución, armas, imprentas, tornillos, software y no de medios de comunicación electrónicos (radios y televisión)? ¿Quién asegura que se detendrán solo en esto? ¿Quien podría afirmar que con iguales argumentos no se expulse a todos aquellos que han venido a invertir en nuestro país?
Este proyecto es una basura más tendiente a cerrar el corral del control de nuestras mentes, de asegurarle un mercado al grupo Pravda - TASS que aquí se llama Grupo Clarín. ¿Quién tiene derecho a reservarle el mercado a ese grupo, o a otros? ¿Porqué se presume que por ser argentinos serán mejores empresarios?
El ejemplo de FM News-Radio Mega debería ser suficiente para demostrar la innecesaria reglamentación proyectada. Cuando estas radios eran propiedad 100% de argentinos la música en la FM News era mayoritariamente extranjera. Hoy que es controlada por el Emmis Inc. de los EE.UU. en un 75% FM News cambio a FM Mega cuyos contenidos son música argentina 100%. Y además está primera en el share y audiencia. Lo cual demuestra que basta un buen empresario y buenos productos, no se necesita una ley. Los oyentes saben cambiar el dial cuando quieren.
En cuanto a los mínimos contenidos de producción nacional a emitir obligatoriamente, y cuanta de ella deberá ser producción propia o de independientes, tiende a entrometerse no solo en aquello que deberemos soportar y pagar aunque no nos guste, como también en la organización empresarial privada. Todo un dislate de meterse a organizar las empresas privadas, una forma de socialismo y dirigismo contrario a la eficiencia y libertad.
Pero si por fomentar trabajo nacional, y considerando mi profesión tan importante como la de los artistas de radio y televisión, creo que debería obligarse a estos a contratar obligatoriamente la consulta profesional de un abogado antes de aceptar los trabajos cuyos alcances disponga dicha ley de ser aprobada. No les pido un soborno, ni un retorno de mis impuestos sino solo kiosco para mí también.
Un avance tímido, como todo lo poco bueno que hace este gobierno, sería permitir cotizar en bolsa el 15% del capital de radios y televisoras.
Pero todo el proyecto del alfil de Laperfida puede resumirse en una declaración del interventor del Comfer, Gustavo López: “No se trata de empresas comunes porque el producido es un bien social. Por eso nos preocupa quienes son los titulares de la radiodifusión en la Argentina”. Hoy la radiodifusión mañana los bancos, el comercio, los kioscos, el petróleo, etc.
¿Con estos proyectos piensan que atraen inversiones?