N ° 28/2000
Buenos Aires, agosto 28 de 2000.-
En el número anterior expresé que el escándalo del Senado podía esconder un “fujimorazo” para intentar cerrar el Congreso, o al menos el Senado. Sin embargo también podría ser un golpe chekista, o leninista, como fue la revolución de Octubre en la Rusia de 1917.
Podría tratarse de un descabezamiento de la Presidencia, con un Vicepresidente asumiendo el rol de Lenin que desplaza a un inactivo y vacilante Kerenski. Porque si hubiera existido el soborno no caben dudas que el pago habría salido de fondos reservados, o negros, pero habría tenido origen y autorización del propio Presidente de la Rua.
No fue la cuestión de privilegio que planteo el Senador Antonio Cafiero el origen del escándalo y la crisis política, sino del aire y credibilidad que le dio el propio Vicepresidente Carlos Chacho Álvarez al leer un anónimo ante una Comisión de Labor Parlamentaria. Aquella donde los presidentes de bloque deciden el orden del día de las sesiones.
Cuando menos el Vicepresidente de la Nación ha demostrado ser un irresponsable. Ahora tratan de explicarnos sus voceros que se trata de una actitud sobre una nueva conducta política, pero la verdad es que los golpes chekistas son bien conocidos.
Por eso tanto si los sobornos fueran ciertos como sí no, el Vicepresidente de la Nación ha demostrado ineptitud para ejercer su cargo. Sí sucedieron porque paso en el órgano que la Constitución le manda dirigir. Si no se comprobara la existencia de sobornos, ciertamente con su lectura y actitud mediática desato una crisis política entre cuyas consecuencias está obviamente el aumento del riesgo país. Es decir mayores intereses para el Estado y el sector privado.
No puede ser que Chacho Álvarez por su ambición partidista genere estas conmociones y no se haga cargo de su rol institucional. Si se trata de tomar distancia del gobierno que integra que renuncie. Que no intente convertirse en un opositor de su propio gobierno.
¿O es que las rojas alfombras le han hecho perder su capacidad de renunciar como hizo en 1989 al Partido Justicialista?
Un extraño caso de actitud familiar es él del Senador Antonio Cafiero que ya no ha dicho lo que dijo y que ahora calla refugiándose en sus fueros. No es la primera vez, su hijo ya lo hizo. Juan Pablo Cafiero denunció hace cerca de un año que María Julia Alsogaray tiene una sociedad de Gran Caimán llamada Rose S.A. titular de U$ 170 millones.
Ciertamente que U$ 170 millones propiedad de una sociedad cuya accionista fuera María Julia Alsogaray serían un enriquecimiento ilícito. Cuando el Juez Galeano lo cita a declarar y testimoniar sobre la denuncia, Juan Pablo Cafiero se refugio en sus fueros legislativos, que no cubren la declaración testimonial, irregularidad de la cual alguna vez deberán dar cuentas tanto Juan Pablo Cafiero como el Juez Galeano.
Un extraño y repentino desgano inexplicable salvo que tal vez Rose S.A. sea propiedad de algún amigo de este Diputado frepasista. Pero que ante la actitud del Senador Antonio Cafiero ya parece una cuestión de familia.
Finalmente y para esclarecer el anticipo de la semana anterior acerca del gobierno familiar, algo así como una monarquía elegida sin aviso previo, don Fernando de la Duda envió al novio de Shakira, su hijo Antonito, para aclarar las cosas con el Vicepresidente de la Nación. Voceros del inefable Chacho intentaron levantar el nivel del conclave y “off the record” para no perder sus costumbres dijeron que además habían tratado los temas que quedarían pendientes durante el próximo viaje del Presidente al exterior. Que se hará en el Tango 01, con gran comitiva y por 15 días.
Ciertamente mejor que Antonito se dedique a Shakira, y no se meta en lo que no debe. Imaginemos a Carlos Menem (hijo) yendo a negociar con Duhalde o Ruckauf, el escándalo mediático hubiera llegado hasta el Kursk.