N ° 26/2000
Buenos Aires, agosto 14 de 2000.-
El Teniente Coronel Emilio Nani (retirado) ha sido sancionado con arresto por calificar de cobarde y poco firme al Jefe de las Fuerzas Armadas. Mientras tanto Gorriarán Merlo y sus cómplices de la matanza en La Tablada se permiten amenazar y coaccionar al Congreso de la Nación para evadir la pena impuesta por un tribunal natural.
Si tanto quieren estor terroristas una segunda instancia hay una solución que esa nueva instancia sea un jurado como manda la Constitución. Estoy seguro que un jurado de argentinos de bien los deja presos sin remedio y de por vida. Que después le reclamen a los camaradas asesinos y genocidas Che Guevara y Fidel Castro.
Volviendo al caso del Tnte. Cnel Nani quien se expresa de tal forma al decir que devolvería la medalla que el entonces Presidente Alfonsín y el ex Ministro de Defensa (hoy Diputado de la Nación) Jaunarena le dieron por habernos salvado de una guerra civil al reconquistar La Tablada, resulta repugnante que los guerrilleros comunistas puedan decir lo que quieran y un militar retirado no pueda criticar políticamente al Presidente de la Nación.
Porque más allá de todo, aclamar y vivar a dictaduras, a los jerarcas de turno es fácil y corriente. Criticar a un gobierno totalitario sin peligro es imposible. En una democracia se puede criticar al gobierno sin riesgos, ahí está una diferencia esencial de la democracia y las dictaduras.
La sanción a militares retirados por críticas a un presidente son antidemocráticas, son un resabio del autoritarismo borbónico que jamás terminamos de rechazar. Nani tiene todo el derecho de criticar al Presidente de la Duda, mucha más que otros porque arriesgo su vida por defender las instituciones de la república. De la Rua debería tener vergüenza de ser jefe de las FFAA y estarlas traicionando a favor de los guerrilleros del MTP.
No está de más analizar porque se llamaba a los guerrilleros “subversivos”. No se trataba de un calificativo como pretende el Camarada Baltazar Garzón porque se defendía al occidente cristiano contra la barbarie genocida de los comunistas, se los llamaba así porque pretendían subvertir el orden constitucional reemplazando las instituciones por las suyas propias que las llamaban populares.
La Justicia constitucional la llamaban burguesa para rebajarla y ellos la reemplazaban con “tribunales populares” autodesignados tales que dictaban sentencias de muerte sin derecho de defensa alguno de sus víctimas. Las fuerzas de seguridad y armadas de la república pretendían fusilarlas en masa para reemplazarlas por milicias populares comunistas.
Es a esos guerrilleros a quienes hoy apoya la Alianza, y por quienes Fernando de la Rua pidió colaboración a senadores justicialistas para facilitarles la ley que los dejará en libertad. ¿De qué otra forma entonces podría calificar un soldado a su jefe? Solo de dos formas: traidor o idiota útil. Esta última no parece a medida para un presidente, por lo cual quedaría solo la primera.