N ° 24/2000
Buenos Aires, julio 31 de 2000.-
Y LA CARTA QUE ESCRIBANO OCULTO
El suicidio del Dr. René Favaloro nos consterno a todos, con independencia de conocerlo, o no, de compartir sus ideas políticas, etc. No se trata del suicidio de cualquier persona más, sino de alguien que uno de sus descubrimientos, me refiero a la operación de by pass coronario salvo millones de vidas en todo el mundo.
Favaloro fue un medico reconocido en el mundo entero, como medico. En Argentina al igual que muchos otros en lugar de hacerse rico con ello, el periodismo lo elevo a la calidad de un semidiós y se le consultaba de todo. En los EEUU hubiera sido rico, su fundación aun más, y seguramente estaría investigando y guiando a nuevos médicos e investigadores.
A raíz de su muerte el Secretario de Redacción de La Nación publicó una carta que el Dr. Rene Favaloro le envió cinco semanas antes. Durante ese tiempo guardo la carta y la oculto a los lectores. La actitud del señor Escribano debería tener alguna explicación como no sea la que todos podemos sospechar.
El contenido de la carta de Favaloro pone al desnudo la indolencia del actual gobierno, y en especial de los dos interventores del Pami, Cecilia “Lewinsky” Felgueras y Horacio “Bruto” Rodríguez Larreta. Favaloro expresa en su carta que las autoridades del Pami ni le contestaban sus llamados telefónicos, ni le pagaban las cuentas de la Fundación.
No se trata del gobierno de Carlos Menem, ni el Pami de Víctor Alderete, sino del gobierno de Fernando de la Rua y del modelo de transparencia y eficiencia del Pami de Felgueras. Se trata de funcionarios de cuarta categoría que con toda soberbia se creen tan dueños de la verdad que ni siquiera tuvieron la cortesía de levantar el teléfono para atender a un cirujano de la talla del Dr. Favaloro.
Entre 1991 y 1999 la Fundación Favaloro recibió un promedio de $ 8.000.000 por año, llegando a tener $ 18.000.000 en 1998. Este año por decisión del gobierno de la Alianza el subsidio a la Fundación Favaloro es de cero pesos. Basta revisar las leyes de presupuestos nacionales para comprobarlo.
Escribano no publicó la carta, ni siquiera hizo algo por su hoy suicidado amigo Rene Favaloro. La Nación ha sido históricamente simpatizante oculta del radicalismo y en especial de Fernando de la Rua, y tiene en su directorio nada menos a Nicolás “correcaminos” Gallo. Inexplicablemente luego del suicidio Claudio Escribano creyó que publicaba una primicia sin advertir que los lectores de La Nación no somos tan tontos.
La carta que Claudio Escribano oculto por cinco semanas, tal vez, solo tal vez, de haber sido publicada ese 22 de junio podría tal vez haber evitado este desenlace. Claro que también hubiera significado que no se pudiera continuar con la campaña para hacernos tragar la exitosa gestión de Lewinsky Felgueras y Brutus Rodríguez Larreta.
Hoy nos enteramos que Claudio Escribano no contesta reportajes porque justo “se tomo una semana de vacaciones”.
Estos dos funcionarios que sostienen que han ahorrado y ahora nos enteramos que para ellos no pagar es ahorro. Son dignos émulos de Alfonsín, verdaderos neoradicales, que viven de la palabra y el marketing.
Como muestra de sus mentiras hace una semana en el programa de cable de Carlos Mira, el propio Brutus Rodríguez Larreta sostuvo que el déficit del Pami en 1999 fue de $ 500 millones, y que ellos iban a reducir en $ 360 millones. Si mal no recuerdo el proyecto de las redes prestacionales del Pami que impulsaba el Directorio presidido por Víctor Alderete significaba un ahorro de $ 40 millones por mes, es decir $480 millones por año.
En otras palabras la oposición de la Alianza a la implementación de aquellas redes prestacionales significo que el total del déficit de 1999 fue por culpa de ellos y no del directorio que presidía Alderete.
Quiere decir también que la exitosa caja de transparencia que implementaron Lewinsky Felgueras y Brutus Rodríguez Larreta por haber desistido del proyecto de las redes ha gastado hasta hoy $280 millones de mas y todavía sus ahorros, si llegaran a existir, serian una perdida de $ 120 millones frente al proyecto que impulsaba el directorio del Pami que presidio Alderete.
Advertidos de su culpa desde anoche el gobierno ha lanzado una campaña para instalar la idea que la culpa de la deuda del Pami la tiene Víctor Alderete, a quien la Oficina de Persecuciones y Encubrimientos denunció justamente por el pago a la Fundación Favaloro, entre otros, de la deuda del Decreto 925/96. Tampoco dicen que cancelaron el subsidio anual, ni explican cual es la deuda actual.
Otra mentira sostenida es que supuestamente la Fundación Favaloro no cobraba su deuda en la época de Víctor Alderete porque le pedían un “retorno” para pagársela. Si ello fuera cierto, ¿porque no pagaron la deuda en estos siete meses de su gestión? ¿La deuda es posterior o los gestores son de ellos?
Políticos de toda bandería parecen confluir en Racing Club, Carlos Chacho Álvarez, Carlos Ruckauf, Graciela Fernández Meijide, etc. Todos se preocuparon por auxiliar a ese club de football, pero ninguno movió un dedo para ayudar a René Favaloro y a su fundación.
En nuestro país hay dinero público para malversarlo y contratar a Dick Morris en pago de sus servicios electorales. También lo hay para pagar una cuantiosa indemnización al chileno Ragnar Hagelin por la desaparición de su hija, gracias a los oficios del padre de Aníbal Ibarra. Los ejemplos pueden seguir hasta el infinito, pero a este gobierno no le intereso ocuparse de la Fundación Favaloro.
Tampoco a Carlos Ruckauf cuya administración dejo de contratar en el IOMA los servicios de la Fundación Favaloro.
Ahora todos los políticos y sindicalistas se comienzan a rasgar las vestiduras, hacen homenajes, decretan duelos, como nueva demostración de la hipocresía de una sociedad cuyos valores morales descansan en echarle la culpa al otro.
La carta de Rene Favaloro a Claudio Escribano fue deliberadamente ocultada. La cacería de brujas, el culto de odios emblemáticos lo requerían. Espero que cuando intenten dormir algunos de estos personeros del odio, de la subjetividad periodística, ideológica y política, al menos no puedan ya hacerlo en paz. Dudo que tengan conciencia de la causalidad de su indolencia y de sus actos, pero al menos quisiera que comiencen a llevar en sus conciencias, si las tienen, las trágicas consecuencias de sus ideas y procederes.
A los demás nos queda además otra lección sobre la vida de Favaloro y su fundación, los prejuicios contra el capitalismo, contra el éxito y su reemplazo por distribucionismo y la envidia, son otra forma de empobrecernos.