N ° 23/2000
Buenos Aires, julio 24 de 2000.-
Mirando al futuro de su jefe el Ministro Nicolás Gallo ha comenzado a trabajar con miras al año 2003. Para ello ha comenzado a construir caminos y asegurar algunos contratos, o su renovación. Gracias a la ignorancia del periodismo en general hasta lo muestra como un éxito.
Para ello ha “obtenido” que las empresas concesionarias viales hagan inversiones cercanas a los U$ 1.200 millones hasta octubre del 2003 ello casi duplica la cifra a la que dichas empresas estaban obligadas.
Este éxito de inversiones que obviamente no pueden ser amortizados por las empresas concesionarias de los distintos corredores viales, serán pagadas por los nuevos concesionarios que resulten en los concursos del año 2003. Adicionalmente el Estado Nacional emitirá un bono por U$ 350 millones para pagar las deudas atrasadas con los concesionarios.
Este bono será rescatado con un pago que deberán hacer los nuevos concesionarios a seleccionar en el año 2003. Si no hubiera interesados estos bonos serán pagados por el Estado.
Como el gobierno declama que entre sus objetivos está lograr que bajen los peajes no parece razonable que tenga interesados en explotar los corredores viales. O tal vez sí.
Sucede que con el mecanismo implementado está colocando en una ventaja a los actuales concesionarios para quedarse con sus concesiones en octubre del 2003. Son las mismas empresas tenedoras de los bonos y acreedoras de la amortización de las inversiones anticipadas quienes serán oferentes y adjudicatarios.
En rigor de verdad la situación de debilidad fiscal del Estado Nacional es casi la garantía que en octubre del año 2003 las concesiones serán renovadas a los actuales concesionarios bajo la ficción de un concurso público y transparente.
¿Qué empresa podría concursar competitivamente si debe pagar la deuda a la empresa ya instalada? Máxime cuando estas podrán “ofrecer” pagarse la deuda a ellas mismas.
La solución implementada por el Ministro Gallo es una verdadera adjudicación directa a futuro, o al menos una preparación de la extensión de los contratos de concesión viales. Estas nuevas inversiones alegremente anunciadas atan de pies y manos a los funcionarios en el año 2003 y a los eventuales competidores de las actuales empresas.
En cuanto a los accesos metropolitanos se está “negociando” con las empresas concesionarias que no aumenten los peajes por cláusulas contractuales a cambio de extenderles las concesiones por varios años. Sí les admitirían aumentarlo por nuevas inversiones no previstas.
En otras palabras que aumenten el peaje mientras explicamos que es por la “reactivación”, pero no por los contratos. Este aumento no se permitirá por la “firmeza del gobierno” quien compensará el no aumento con más años de concesión.
Previsoramente Nicolás Gallo ha desarrollado una forma de pagar la inversión “extra” y los bonos que al menos hubiera requerido una audiencia pública y una ley. Claro que para la Oficina de Encubrimientos y Persecuciones que dirige Massoni estas negociaciones directas no deben ser siquiera investigadas.
¿Será porque el hoy Ministro Gallo ha sido el tesorero de la campaña, o porque las negociaciones directas solo son delito para la banda de Massoni cuando se hicieron por María Julia Alsogaray, Vector Alderete, Paco Mayorga, etc.?
La verdad es que la negociación directa entre el sector público y el privado no es delito por sí misma. Es más muchas veces la complejidad de la economía moderna la hace necesaria. Lo que sí es un delito es que la OA haga falsas denuncias y querellas o tenga un doble criterio (basado en las personas) para las negociaciones estatales.
Mientras tanto Nicolás Gallo cual dirigente conservador va creando caminos. La diferencia es que los caminos conservadores eran de asfalto y hormigón, los de Gallo parecerían de negocio y política.
Gallo está ”haciendo camino” para el 2003. Con esta infraestructura seguramente volverá a ser un buen recaudador para la campaña presidencial del año 2003.