N ° 20/2000
Buenos Aires, julio 03 de 2000.-
Todo grupo de empresarios es también un grupo de interés y hace su lobby en forma legítima. Las formas de hacer lobby son distintas, algunas más abiertas que otras pero no por ello dejan de ser lobby. Un buen ejemplo de tales formas de lobby son las convenciones sectoriales, como el coloquio de IDEA, o las convenciones de bancos, hoy ABA.
La semana pasada bajo el paraguas de “consolidar la globalización” la Asociación de Bancos de la Argentina efectuó una importante tarea de lobby para regular la “banca informal”. La presentación, difusión y discusión de un trabajo sobre banca informal no parecería tener relación con la globalización y ciertamente no se la vinculo con ella.
Muchos periodistas, opinadores y funcionarios salieron disparados a pedir la regulación y control del sector de la “banca informal” que mueve U$ 30.000 millones por año. Alguno se preguntará que es la banca informal o pensará que es una forma de competencia desleal para el sistema financiero.
Lo que se llama ahora “banca informal” es una verdadera banca, que presta su dinero, no él de terceros. Corre riesgo de su capital y que califica el riesgo del deudor por conocerlo personalmente y no por un manual.
Si fuera cierto que es competencia desleal lo importante no será regular la banca informal sino desregular al sistema financiero. Pero desregular ciertamente también implica quitarle sus privilegios. Entre los cuales está el Art. 793 del Código de Comercio que les permite crear títulos de deuda ejecutivos en forma unilateral, la existencia de un sistema para auxiliarlos en sus crisis de liquidez o financieras, la obligatoriedad de pagar sueldos con débito bancario, de pagar seguros y moratorias por débito bancario, etc.
Es comprensible que los socios ABA quieran quedarse con ese negocio, lo malo es que se intente hacerlo por la fuerza estatal y no por competir con mejores servicios y menores precios.
Pero si eliminan la banca informal sus clientes ya no tendrán a donde ir a buscar un crédito. Sea por sus regulaciones o las del Banco Central, el sistema financiero a esas personas o empresas no les presta. Es más fácil y mejor negocio prestarle al estado.
Esa ‘banca informal’ existe porque la banca formal o sistema financiero no atiende a esos clientes. Les pone tantas condiciones que los expulsa, les cobra tantos seguros, comisiones que sus créditos resultan demasiados caros. Las altas tasas de interés, comisiones y seguros no solo corresponden a la morosidad y la lentitud judicial, sino también a pagar esa ineficiencia de muchas regulaciones.
Por sobre todo las altas tasas de interés responden a que el estado (nacional, provincial o municipal) sigue siendo el principal tomador de dinero de los bancos.
La verdad es que lo presentado sobre la “banca informal” es una forma de lobby que coloca bajo fuego a una banca de verdad. Pone en riesgo la financiación de una importante parte de la población. Una vez más el lobby en salones de importantes hoteles se disimula pero lo cierto es que se busca eliminar competencia con la ayuda del Estado, no compitiendo.
Como ya he sostenido con otros sectores el empresariado no debe buscar nuevas regulaciones y auxilio del estado para ganarle a su competencia, sino pedir libertad. Cuando uno pide que le apliquen la fuerza estatal a otros abre la puerta para cuando él mismo la sufra.
En el marco actual ABA debería financiar trabajos que permitan desregular la actividad financiera de forma tal que la llamada banca informal pueda existir libremente y pagando impuestos, o que las entidades financieras pudieran prestarle a esas personas y empresas. Porque ojo esa banca no toma depósitos del público para justificar su regulación.