N ° 17/2000
Buenos Aires, junio 05 de 2000.-
El “ajuste” de la semana pasada también muestra el costo que los argentinos pagamos por la oposición irresponsable. El gobierno de la Alianza tiene un déficit fiscal cuya principal causa han sido sus actos pasados cuando estaba en la oposición.
Mal que les pese hoy a Frenando de la Duda, Carlos Chacho Álvarez y José Luis Macanea, gran parte de la herencia es consecuencia de su éxito como oposición. Que fue obstruccionista e irresponsable, porque muchas de las medidas que hoy quieren tomar ya fueron intentadas por la administración de Carlos Menem.
Carlos Menem debilitado por una oposición mediática feroz, que era cómplice de la oposición radical y frepasista, que presionaba sobre los sectores del peronismo más antiguo del gobierno de Carlos Menem lograron detener muchas de las medidas que han tomado en los últimos días.
Pero la acumulación de esos déficits fiscales que aumentaron la deuda, de las regulaciones que impidieron modificar (flexibilización laboral por ejemplo) hoy les cae encima. Solo que como siempre la cuenta la pagamos los otros.
Cada vez que los radicales y frepasistas entre 1989 y 1999 apoyaron un corte de rutas por piqueteros, la carpa docente, obstruyeron desregulaciones y reformas legales, que con la complicidad de jueces ignorantes obstruyeron reformas y privatizaciones, estaban acumulando déficits y piedras en su camino futuro si llegaban al gobierno.
Alguno podrá alegar que creían en ello, tal vez sea cierto, pero en tal caso estamos pagando el precio de su ignorancia e irresponsabilidad. Y en ese caso como en cualquier otro supuesto el pueblo tiene derecho a estar indignado, porque ha sido engañado y estafado.
Esa estafa y engaño moral lo hicieron la Alianza y el periodismo progresista que la banca. Son esos periodistas y políticos que ahora en la Tierra Oficialista olvidaron rápidamente todo cuanto dijeron y prometían.
Confieso que no esperaba nada bueno de un gobierno de la Alianza y eso me hace no sentirme defraudado, ni engañado. Tal vez esperaba otra dirección de fracaso, pero mantengo la convicción que si aciertan será por casualidad no por profesionalidad. Porque ellos parten de un error intelectual como es el socialismo, exacerbado porque además como siempre creen que sus malas acciones de gobiernos se arreglan con un discurso, con una acusación. Pero quienes les creyeron todos estos años tienen mucho derecho a estar enojados.
Podrán creer que exagero, pero basta comparar las declaraciones de por ejemplo Fernando Devalúa, Chacho Álvarez y del actual Ministro de Injusticias y Abusos Humanos, Ricardo Gil Laavedra, cuando Menem sanciono el Decreto 290/95 que reducía un 5% los salarios públicos mayores a $ 2.000 mensuales. Armaron un escándalo con el inestimable apoyo del grupo Clarín denunciando que el decreto era inconstitucional y que solo lo hacían porque había una Corte adicta.
Hoy rebajaron el 12% a salarios superiores a $ 1.000 mensuales y 15% a los superiores a $ 6.500 mensuales por decreto. Aplauden que la Corte declaro la constitucionalidad, legitimidad y legalidad del anterior decreto 290/95 de Carlos Menem. Sí del mismo que denunciaban por tales casos y por el cual alentaron a miles de personas a entablar juicios contra el estado, amenazaron a la Corte si fallaba a favor de la validez del mismo, etc.
Cuando hace trece meses y medio Ricardo López Murphy propuso la reducción del 10% de todos los salarios fueron los propios Fernando Devalúa y Chacho Álvarez quienes lo desmintieron. Sus olvidadas palabras fueron “Para la Alianza la defensa del salario es una prioridad. Es absurdo plantear su reducción justo cuando los trabajadores están mal”
A esta altura muchos pensarán que López Murphy era un mal menor, y además no engañaba a cambio de obtener votos. Razón no les faltará.