N ° 13/2000
Buenos Aires, mayo 08 de 2000.-
El caso del Diputado Nacional Antonio D. Bussi elegido libre y democráticamente por el pueblo de Tucumán amenaza en convertirse en un nuevo acto de venganza sin votos, ni razones, en un alzamiento contra la Constitución Nacional por parte de muchos diputados.
No se trata de cuanto nos guste Bussi, ni que nos olvidemos que llego a Tucumán en cumplimiento del Operativo Independencia para “aniquilar a la guerrilla” según disponía el decreto presidencial que lo ordenaba. Decreto de un gobierno civil y constitucional, reclamado y apoyado por la oposición entonces radical que más bien acusaba de tibio al gobierno que lo ordeno.
Bussi ya fue Diputado Nacional, Senador Nacional y Gobernador de Tucumán. Ahora una comisión de Diputados en forma arbitraria e inconstitucional no quiere aprobar la decisión de miles de tucumanos. Deben ser ciudadanos de segunda, necesitan de algunos políticos que les digan a quien votar. Bonita forma de impedir que el pueblo vote por otros, de olvidar los por ejemplo 105 intendentes radicales en la provincia de Buenos Aires, sobre 125.
Pero si los argumentos esgrimidos para violar el voto del pueblo tucumano pudieran tener un viso de seriedad y legalidad, esos mismos diputados deberían, por ejemplo, haber votado el juicio político a Freddy Storani que ha intervenido sin justificación alguna el Instituto Nacional contra loa Discriminación para colocar a un ex juez del Proceso, a Raúl Zaffaroni.
Bussi era general y podía no comprender acabadamente un decreto presidencial que le ordenaba aniquilar la subversión. Total siempre nos hemos mofado de la inteligencia militar como una contradicción absoluta. Pero seguramente Raul Zaffaroni a quien los argentinos le pagaron sus estudios en las universidades nacionales sabía muy bien que no era lo mismo jurar por los Estatutos del Proceso al cargo de Juez que por la Constitución.
El caso del Diputado Nacional Antonio Bussi es muy grave. Significa que algunos puedan decidir excluir a otros en violación de la voluntad popular que lo respalda. A la vista de todos hoy matan un poco la democracia en nombre de la democracia. Le dicen a la primera minoría del pueblo tucumano que su voluntad no sirve porque ellos no la comparten.
Va siendo hora en que nos pongamos de acuerdo acerca del contenido y alcance de la palabra democracia. Porque parece que algunos están jugando a la dictadura de la mayoría, algo que Stalin, Lenin, Hitler, etc. llevaron a su grado extremo con las consecuencias conocidas.
Mejor que nos pongamos de acuerdo ahora, no vaya a ser cosa que unos (el pueblo) estamos jugando a la Escoba del quince y ellos están jugando al truco.
Cuando actúan así con Bussi y con los tucumanos, lo hacen con todos nosotros, aun con los que competimos con Fuerza Republicana. Hoy violan la voluntad de esos ciudadanos, mañana nos va a tocar a los demás.