N ° 12/2000
Buenos Aires, mayo 01 de 2000.-
La jueza federal Lascano de Garzon (maldita coincidencia) nos esta llevando por el túnel del tiempo con su causa por la verdad. Esta causa judicial tuvo fuerte impulso y apoyo del entonces diputado del Frepaso Carlos “Chacho” Alvarez, hoy vicepresidente de la Nación.
La primera cuestión es que la justicia no esta para determinar verdades históricas, sino para determinar derechos o aquellas situaciones que requieren una determinación legal, no para hacer historia. Esta jueza y los fiscales están malgastando recursos del estado, abusando de su autoridad e incumpliendo sus deberes de funcionarios públicos, sin descontar el prevaricato de las detenciones anunciadas previamente.
Debe llamarnos a la reflexión el inmenso y arbitrario poder que aun tienen los jueces en nuestro país. La jueza de Garzon ordena detenciones por 48 horas para reflexionar. Es decir para forzar un cambio de opinión, de declaración. En otros lados, en una verdadera democracia republicana eso es una forma de coaccionar y torturar al testigo. No se busca la verdad, se busca que el testigo diga aquello que la jueza y los fiscales quieren. ¿Sino para que detenerlos?
Además estas detenciones se hacen de tal manera que si fuera cambiada la decisión de la jueza, seria tarde porque la pena ya se cumplió. ¿Puede aceptarse que un juez, un funcionario cualquiera sea su rango y jerarquía, imponga cárcel a un ciudadano para que reflexione?
¿Porque en este caso ninguno de los organismos de derechos humanos, legisladores nacionales, etc. pide el enjuiciamiento de la jueza?
Si la jueza Lascano de Garzon quiere conocer la verdad puede leer El Furor y el Delirio de Jorge Masetti, en su pagina 275 cuando dice “... Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, * porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de Los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo.............”
Esta confesión debería bastar para que la jueza Lascano de Garzon, el usurpador español Garzon también, y algunos en Chile comprendan que la verdad y la justicia no puede ser tuerta.
Pero de mayor gravedad es que el actual gobierno nada hace para terminar con esta manipulación maniquea de la historia. Los juicios a las Juntas Militares fueron antijurídicos e inconstitucionales, pero sirvieron para alejar a muchos militares de tentarse cuando los civiles los llaman a resolver sus problemas. Porque descubrieron que muchos de quienes los llamaron y apoyaron entre 1975 y 1982, durante los juicios estaban acusando.
Pero ahora es como volver al pasado, en lugar de resolverlos graves problemas de la Argentina, estamos una vez mas discutiendo el pasado, enfrentándonos. No es casualidad que siempre le pase al mismo partido, ni es casualidad que sean los mismos periodistas quienes alientan esta causa. A lo radicales porque pareciera que con esto tapan los demás problemas y nos distraen. A los periodistas progres porque no tienen la honestidad, ni la valentía de Jorge Masetti (h) de confesar que trabajan para el autoritarismo.
*Se refiere al ERP y otras fuerzas guerrilleras castristas.