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N ° 12/2000

Buenos Aires, mayo 01 de 2000.-

SAIGÓN, EL MITO DE LA DERROTA

(o como ganarle una guerra a quien ya no está)

      El 30 de abril de 1975 al caer Saigón y rendirse Vietnam del Sur ante el Ejército regular de Vietnam del Norte terminó una larga guerra civil que había comenzado no bien los franceses se retiraron de aquellas tierras.

      Francia se retiro derrotada luego de Dien Bien Phu, una aventura militar irracional. Porque despreciaron al enemigo y le dejaron las cumbres que rodeaban el valle, porque se encerraron en un valle donde no había porque pelear. Fue un triunfo del general Giap y de los coolies que llevaron cañones desarmados, toneladas de municiones y arroz. Pero también de los miles y miles de vietminhs que murieron en ataques suicidas.

      Fruto de aquella derrota existió un acuerdo por el cual los dos Vietnam (sur y norte) debían celebrar una elección general para la reunificación. Pero los comunistas de Vietnam del Norte al igual que Stalin o Hitler no creían en elecciones libres, así es que comenzaron por postergarlas y abrieron el frente de guerrillas.

      Así los EE.UU comenzaron a involucrarse en esa guerra, primero con asesores, más tarde con soldados, marines, aviadores, etc. Ello comenzo con John F. Kennedy y creció con su sucesor demócrata Lyndon Johnson. Fue Richard Nixon quien llego a la presidencia con el objetivo de terminar una guerra que no tenía el apoyo popular en su país. Nixon tenía claro que una democracia necesita del apoyo de su pueblo para combatir y la guerra en Vietnam no la tenía.

      Además de no tener apoyo popular era una guerra imposible de ganar porque nadie quería afrontar tomar Vietnam del Norte y aparecer como un agresor. Era una guerra que se peleaba en el patio trasero, en el hall de entrada, o donde el enemigo quisiera, pero jamás se avanzaba para tomar la casa del enemigo. Una guerra peleada con una mano atada a la espalda y sin la decisión de noquear al enemigo es una guerra imposible de ganar.

      Así luego de la sangrienta ofensiva del Vietcong durante una tregua, conocida como el Tet del 68, los americanos estaban decididos a dejar atrás esa guerra. Nixon tomó la decisión y la concreto.

      Para 1973 los últimos soldados norteamericanos se retiraron de Vietnam del Sur. Vietnam del Norte había tomado el compromiso de no agredir a Vietnam del Sur. El Vietcong había sido derrotado y prácticamente aniquilado.

      Así en marzo de 1975 el Ejército Popular de Vietnam del Norte, y no el Vietcong, rompió el tratado de paz iniciando una traicionera ofensiva relámpago que llevo a la derrota de Vietnam del Sur.

      Los opinadores y periodistas políticamente correctos, procomunistas durante la llamada Guerra Fría, saludaron la caída de Saigón y proclamaron la derrota de los EE.UU, cuyo ejército se había retirado hacía ya dos años.

      Ninguno de ellos se le ocurrió denunciar la violación por Vietnam del Norte de un Tratado de Paz. Ni señalar que la única presencia militar de los EEUU en la región (la Séptima Flota) se limito a evacuar a los americanos y occidentales cuyas vidas correrían peligro con el régimen comunista, así como a algunos miles de survietnamitas que correrían igual suerte. La Séptima Flota de la US Navy tenía la capacidad de arrasar Vietnam del Norte con sus ojivas nucleares, y posiblemente la de aniquilar las principales columnas del Ejército nortvienamita, pero los EEUU habían renunciado a esa guerra.

      Por eso cuando cada 30 de abril, y este se cumplen 25 años, los diarios hablan del aniversario de la derrota de los EEUU en Vietnam, siento que el procomunismo hoy llamado progresismo de muchos periodistas solo ha cambiado de métodos y disfraz. Necesitan hablar de la derrota de los EEUU, la anhelan aun cuando hoy en Vietnam VC ya no sea ‘vietcong’ sino “venture capital”. Aun cuando todos sigan llamando Saigón a Ho Chi Minh.

Por eso a ninguno de ellos se le ocurre señalar que significo para el pueblo survietnamita la traición de Vietnam del Norte al tratado de paz que llevo a la rendición de Vietnam del Sur. No hablan de los 100.000 survietnamitas que huyeron para salvar sus vidas entre abril y mayo de 1975, ni de los dos millones que los siguieron en los siguientes años. Tampoco hablan de las decenas de miles de ejecuciones y reeducaciones en campos de trabajos forzados (campos de concentración y exterminación).

      No es mejor hablar de helicópteros evacuando la Embajada de Norteamérica en Saigón, de los bombardeos y algunas matanzas como la de My Lai. Es mucho mejor que hablar de los miles, millones, de muertos ocasionados por el comunismo con la complicidad de la prensa políticamente correcta.

      Son tan hipócritas que por años callaron el drama al que habían llevado al pueblo de Indochina con su agresión intelectual a los EE.UU.. En abril de 1975 no fue derrotado el Ejército Norteamericano al menos en el plano militar, fue derrotado en las crónicas periodísticas. Pero esa derrota tenía otro objetivo; derrotar a las democracias occidentales y al capitalismo.

      25 años después el capitalismo está triunfando en Saigón y ellos siguen escribiendo lo contrario.

 

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