N ° 06/2000
Buenos Aires, marzo 20 de 2000.-
Hace una semana se hundieron algunos sueños de Fidel Castro quien había apostado fuertemente al triunfo de la coalición socialista y comunista en España. Junto a los sueños fidelistas cayeron los centenares de analistas profesionales, periodistas, pensadores y hasta artistas que como Antonio Banderas son socialistas solo “porque queda bien”.
Sucede que el Partido Popular creado por don Manuel Fraga Iribarne, y liderado por Aznar triunfo sin atenuantes en las elecciones generales de España. Obtuvo mayoría propia en una reelección, mayoría que no tuvo durante su primer gobierno.
Ni las maniobras de Baltazar Garzón, ni las propagandas de Antonio Banderas, ni las presiones contra la reducción de impuestos del gobierno socialista de la Comunidad Económica Europea, pudieron con el voto burgués.
Para los analistas que pronosticaban una elección reñida, que sería decidida voto a voto por el cansancio de un gobierno que si bien había bajado impuestos, reducido el desempleo, no tenía esa “autoridad moral” de la beneficencia socialista. Para desmayo de todos ellos la diferencia de votos fue de un 28,5% más a favor del Partido Popular.
Nunca desde la caída del franquismo la derecha española realizo una elección tan sólida. Entonces comenzaron a buscar las causas en el error del pueblo que vota por tener el estómago lleno.
Es que en su soberbia a los periodistas y analistas políticos “políticamente correctos” les resulta imposible aceptar que las ideas socialistas fracasaron. Que los obreros voten a la derecha, que no recuerden la guerra civil, etc. Para ellos los obreros, ciudadanos burgueses no advierten su error de votar por alguien que ha bajado impuestos, que aumento el empleo, que no ha seguido los dictados del socialismo europeo de Bruselas, que aumento las pensiones, que es de derecha.
Creen que Aznar tuvo suerte porque se vio beneficiado con un período de expansión económica mundial.
Es como siempre la misma excusa. No puede aceptar como causa de su derrota el fracaso de sus ideas, ni como causa de la victoria de Aznar el acierto de sus ideas. Son estos socialistas que parecen funcionarios del FMI pidiendo ajuste y aumento de impuestos, que no se explican que un plan de reducción de impuestos aumente la actividad económica.
Los horroriza pensar que existe un voto burgués, porque aunque no puedan aceptarlo, ni admitirlo públicamente ellos saben que la riqueza la crea la economía de mercado. No saben como conciliar sus ideas autoritarias, su pasión por robarle a los creadores de riqueza con la excusa de repartirlo a los que menos tienen. Porque ahora sí saben que para crear riqueza se necesita un sistema de premios y castigos que solo asegura una economía de mercado. Y saben que existe un voto burgués, un voto que ellos solo podrán tener por el engaño o resignar las ideas socialistas.
Mientras tanto condenan que el pueblo vote por su estómago, no entienden que se vote en burguesa, el pueblo debería votar por ideas revolucionarias del socialismo para ser robado por los jerarcas. Pero sucede que ya no es así, los pueblos han comparado ambos sistemas y encuentran un voto burgués. Porque allí donde los socialistas ganan se disfrazan de pragmáticos, se pretenden una tercera vía que acepta el mercado para crear riqueza pero que ellos pretenden repartir mejor.
Pero también que ellos reparten mejor es un mito y se va cayendo.
Frente a este éxito es hora de preguntarnos por casa como andamos. Subiendo impuestos, aumentando las regulaciones, poniendo mano blanda con los delincuentes, maniatando a la policía, etc. y haciendo un discurso gatopardista. Porque hablan como de derecha pero van por la izquierda.
Lo demostró el gran sentido de oportunidad del ministro del Interior que viajo para estar en la sede central del PSOE junto a los derrotados. Freddy Storani demostró una vez más su cintura de elefante.