N ° 04/2000
Buenos Aires, marzo 06 de 2000.-
Hace algunos días cuatro policías neoyorquinos fueron absueltos del cargo de homicidio por un jurado. Inmediatamente los comités de acción política de la comunidad negra en los EEUU y demás socialistas comenzaron una campaña para atacar la sentencia del jurado y crear un clima de odio.
Los jurados entendieron que los policías en la noche pudieron creer razonablemente que el fallecido Dihallo estaba extrayendo una pistola y reaccionaron disparando. Los policías reconocen haber realizado 41 disparos de los cuales 19 hicieron blanco en la víctima.
El caso siempre fue utilizado por la izquierda garantista como bandera para atacar la política del Mayor de New York, Rudolph Giuliani. Sostienen que la paz y seguridad en la ciudad se han alcanzado por la tolerancia a la violencia policíaca. Ellos creen que eso es tolerancia cero y lo usan para debilitar a esa política.
Es notable que cuando se juzgo a O.J. Simpson la primera y más importante batalla de la defensa fue obtener un jurado todo de personas de raza negra para asegurar “imparcialidad” frente a una policía de Los Angeles sospechada luego del apaleo a Rodney King de ser racista.
Los abogados de O.J. Simpson lograron el jurado de “color” y obtuvieron su absolución. La reacción de muchos norteamericanos de raza blanca fue que en la designación del jurado se había forzado esa sentencia y se había establecido la impunidad para criminales negros.
Creo que muchos sentimos que ambos jurados pueden haberse equivocado, claro que ellos seguramente tienen mucho más conocimiento de porque tomaron sus decisiones que nosotros, pero ante esos dos sonados casos el resultado es la intolerancia de la población negra que persiste en exagerar y presentarse como víctima.
No aceptan el fallo de un tribunal mixto cuando no culpa a blancos, quieren un tribunal de color para ser juzgados ellos. Justicia al capricho de cada uno no es justicia.