N ° 01/2000
Buenos Aires, febrero 11 de 2000.-
En enero el Servicio de Meteorología de los EEUU estrenó una super computadora que les costó 45 millones de dólares. La primera prueba de ella sucedió a los pocos días cuando pronosticó la primera gran tormenta de nieve para un día martes en la tarde en todo el nordeste del país.
Esas cosas de las tormentas que no se acomodan con sus pronosticadores la adelantaron y la tormenta comenzó el domingo16. Casi unas 40 horas antes de la predicción de la nueva computadora, además alcanzo al sur del país en forma de tormenta de hielo.
Buenos burócratas los del servicio insistían en que aun no iba a nevar cuando ya las calles que rodeaban inclusive sus oficinas tenían más de una pulgada de nieve. Llego a las 25 pulgadas y ninguno de los expertos salía de su asombro.
Algunos días después José Sorzano, un amigo americano, me decía: “fíjate que algo cambió en la tormenta, algo que nadie pudo detectar, ni siquiera con todos esos equipos y la nueva super computadora de 45 millones y casi medio Estados Unidos quedo bajo la nieve sin haber sido avisada. Y los ecologistas se la pasan diciéndonos como va a ser el clima dentro de 100 años.......................”
Como bien muestra la lección ni todo lo que viene en la computadora puede cambiar la realidad, ni debemos dejarnos embaucar con las predicciones climáticas ni a 10, ni a 100 años.