N ° 10/2006 - Año 7º
Buenos Aires, agosto 25 de 2006.-
La Argentina es un país curioso para quien quiera invertir, desarrollarse y hasta hacer un contrato común. Por ejemplo en el caso de los alquileres desde la sanción del Código Civil arrastramos la prohibición de hacerlos por plazos mayores a 10 años.
¿Qué tiene el Estado que meterse en el plazo de un alquiler? La respuesta es casi obvia, nada. Las consecuencias de esta prohibición es dificultar muchas inversiones que podrían hacerse para financiar construcciones nuevas, como sería el descuento de contratos de alquiler de largo plazo, que las empresas en lugar de destinar capital a construir sus locales, plantas lo pudieran usar solo para producir y alquilarlas a terceros que las construyeran para su alquiler.
Es parte del costo argentino, como tantas regulaciones que nos dificultan invertir y progresar. Pero lo curioso de nuestro país es que el Estado cuando se trata de sus “concesiones” encuentra que hacerlas por otros 5 (cinco) gobiernos no está ni mal, ni prohibido.
Es el caso del “dandy del peronismo”, el ex menemista, ex duhaldista y futuro ex kirchnerista del gobernador de la provincia de Buenos Aires que se ha lanzado a extender las licencias de los “bingos” por 15 años más, como aun no están vencidas la decisión de don Felipe implica “recaudar” hoy lo que corresponde a 5 períodos de gobierno de los cuales el primero para empezar y en el cual debería llamarse a la concesión de las nuevas licencias justamente él no puede serlo por la Constitución Provincial.
Y no es un chiste que se quiere adelantar la recaudación, porque expresamente se prevé anticipar el pago de los cánones de los bingos.
Es que don Felipe Solá a pesar Montoya y sus atropellos, del aumento de recaudación ha vuelto a poner en déficit (léase quiebra) a la provincia de Buenos Aires de la que es gobernador y quiere endeudarla cuando aún no ha terminado de estafar a los inversores de bonos anteriores a su administración y “adelantar” la recaudación de futuros gobiernos y gastarlo también.
La cuestión es un acto delictivo aunque lo hagan por ley, porque entre Solá y sus siervos legisladores aprueben una ley, lo que están haciendo es gastarse el dinero de futuros presupuestos hoy, gastan a cuenta y dejan el agujero a otros, en especial al pueblo.
Y eso sin entrar en si alguno de todos los que impulsan esta “extensión” de las licencias de los bingos bonaerenses reciben alguna coima como sospecha la enorme mayoría de quienes no encuentran justificación en el apuro y anticipación para extender licencias. Licencias que encima fueron concesiones de la “vieja política” o sea el anterior jefe y protector de Felipe Solá, Eduardo Alberto Duhalde.
Repentinamente los “bingos” que antes eran sospechados de haber obtenido sus licencias en forma nada transparente ahora serían beneficiarios de una extensión de ellas.
No estoy lanzando acusaciones contra los empresarios de los bingos, que en todo caso son víctimas también de un perverso sistema de “concesiones” y “reglamentaciones del derecho administrativo” que solo sirven para los abusos de poder de los señores feudales que gobiernan la Argentina hoy.
Lo que si podemos decir es que este proyecto de Solá es un riesgo para esos empresarios, porque con la extensión de las licencias se violan las condiciones de los concursos originarios, sino como en la ilegal y nula suspensión del plazo de licencias de televisión y radios que hizo Kirchner, se ha dejado al resto de los argentinos sin la posibilidad de entrar al negocio, y al Estado de tener alguna mejor oferta.
Es curioso que siendo la administración de Sola un desastre que luego de hecho un fenomenal pagadios de su deuda (a imitación de sus líderes Eduardo A. Duhalde y hoy Néstor Kirchner) ya este en quiebra otra vez, encima el responsable de todo ello quiera en violación flagrante de su juramento al cargo y a la Constitución que juro cumplir y hacer cumplir quiera justamente ser re-reelecto.
En cualquier caso está claro que Felipe Solá quiere hacer cartón lleno y hacernos pagar el pozo a todos los demás.