N ° 10/2006 - Año 7º
Buenos Aires, agosto 25 de 2006.-
Que la Constitución garantice el derecho de propiedad, la inviolabilidad de ella, por igual para argentinos que para extranjeros no fue obstáculo para el funcionario kakista Luis D’elía asaltara junto a una diputada nacional los campos de un norteamericano.
Las burdas excusas de la diputada y el secretario nacional no alcanzan a disimular la larga lista de delitos que cometieron.
El silencio y complicidad del resto de los diputados nacionales entre los que ni uno solo ha pedido la expulsión de la diputada kirchnerista por su inconducta moral sobreviviente son otra muestra de la indefensión en la que estamos todos los argentinos.
Ayer Suez, hoy Thompkins, mañana los demás.
Ni el Presidente de la nación puede tomar la justicia por mano propia, intervenir en causas judiciales pendientes, pero el Jefe de las Tropas de Asalto K, el funcionario Luis D’Elía puede hacer lo que quiera.
Pero el verdadero culpable no es D’Elía.
Luis D’elía comenzó su carrera delictiva usurpando terrenos en La Matanza, lo que lugar de ser castigado fue “contenido” por el gobierno nacional y provincial. Ya Raúl Alfonsín y Antonio Cafiero le mostraron que el negocio de la usurpación disfrazado de protesta social no serían castigados por su naturaleza delictiva sino que era un buen negocio, sino que además quedaba impune
Con su experiencia de usurpador y prepotente abusador de los derechos y propiedades ajenas se sumó a ese mal sacerdote Luis Farinello para convertirse en diputado provincial desde donde aseguró una mayor impunidad con el fuero parlamentario.
Su carrera iniciada con aquella usurpación en La Matanza en los años 80 ha sido bastante exitosa para él y su familia. De la pobreza que decía sufrir ha logrado acumular una pequeña fortuna sin que se le haya conocido otra actividad que la de extorsionador del dinero público. Porque los piquetes son eso y porque a Luis D’elía no se le conoce ninguna actividad empresarial (ni tuvo tiempo para ello con tanto piquete que hizo) en la que pudiera haber acumulado varios cientos de miles de pesos en activos.
Ya con Kirchner en el poder Luis D’Elía se convirtió en el piketero oficialista, su trabajo no es solamente el de un batata (personaje ciertamente inofensivo que solo iba a contra-gritar en la rural) sino ser una suerte de Ernst Röhm del kirchnerismo. Es el jefe de las nuevas camisas pardas, aunque vistan distinto.
Sus amenazas a todos quienes considere disidentes (especialmente ser derechista) cuyo delito es pensar distinto. Pero las acusaciones y amenazas de D’elía, Depetri, y la vieja orca Hebe Bonafini no son otra cosa que la expresión de la intolerancia y autoritarismo de la izquierda letrinoamericana. Para ellos no hay espacio de convivencia, o aceptamos su prepotencia y autoritarismo o podemos ser pasibles de su violencia física.
Luis D’elía asalto una comisaría, donde no solo cometieron todo tipo de destrozos, sino que se llevaron un cuadro valioso de Quinquela Martín y lo que deben haber ido a buscar en su raid, la droga que estaba secuestrada en varios operativos antidrogas.
Cuando hace unos días Luis D’elía se reunión con la diputada kirchnerista para asaltar las tierras del señor Thompkins utilizo una vez una falsa excusa, se atragantó con la palabra soberanía que nada tiene que hacer en materia de propiedad privada. No solo preparó su plan de usurpación, abuso de autoridad, incumplimiento de sus deberes de funcionario público sino que dejo expuesta una verdadera asociación ilícita enquistada en el Estado argentino.
Pero Luis D’elía pudo hacerlo porque existe una larga lista de fiscales y jueces que en lugar de investigar lo que todo el país pudo ver por televisión, el asalto, destrozo y saqueo de la Comisaría de la Policía Federal 24 hace más de 2 años han preferido hacer política a favor del gobierno y le han garantizado la impunidad. Hace mucho tiempo que en cualquier país medianamente serio Luis D’Elía estaría preso, y por mucho tiempo.
Pero en la tiranía de Néstor Kirchner, Luis D’elía se ha garantizado la impunidad. Para que todos entiendan la protección presidencial solo dos días después participó de un acto en la Casa de Gobierno, y el Presidente de la Nación mientras quiere tocar la campana de cierre en la Bolsa de New York avaló con su permanencia en el cargo al intruso y delincuente que funge de Secretario de Estado, lugar desde donde trabaja en la formación y dirección de las tropas de asalto K.
¿Claro que, porque Kirchner habría de hacerlo echado a Luis D’elía por asaltar un campo privado si lo designó como funcionario luego de asaltar una comisaría?
Colofón del atropello piketero es el proyecto de expropiación del campo del señor Thompkins, ya que no existe ninguna utilidad pública que lo justifique y aún peor el empresario norteamericano ya había planeado donarlo para crear una reserva natural. Algo que ya hizo con el “Parque provincial de Monte León” en Santa Cruz. Digamos que Thompkins cumple y con la propia, no como nuestros gobernantes que no cumplen nunca y solo saben llevarse la de otros.
Ahora Luis D’elía y una banda de legisladores inmorales quieren pagarle a Thompkins lo que él quería regalarnos. Si uno fuera mal pensado y Thompkins hubiera sido argentino pensaríamos que estaban arreglados para semejante desfalco.
El detalle de que en esos mismos días del asalto a la estancia de Thompkins, cuando la madre del tirano, Hebe de Bonafini amenazo con “echar a patadas en culo al norteamericano ese y todos los demás” mientras el incombustible Jefe de Gabinete Alberto Fernández dijera que la Argentina de Kirchner esta enamorando a los inversores extranjeros es una burla que no merecería comentario.
El detalle de la visita del tirano Kichner a la Bolsa New York para tocar la campana de cierre es una muestra de lo desinformados o peor aun de la inmoralidad que tienen los directivos de mercado de capitales. Han invitado a un destructor del capitalismo a lo que se señala como una de sus más importantes instituciones, el mercado de valores más importante del mundo. Si Kirchner mañana lograra avanzar contra los capitales norteamericanos como antes hicieron Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales por ejemplo, solo podremos consolarnos con que se lo merecen por imbéciles e inmorales.
D’elía existe y patotea, por la misma razón que lo hace su patrón Néstor Kirchner, porque enfrente solo ven cobardes y siervos, porque no tienen nadie que les diga siquiera que van a terminar donde merecen, picando piedras en una cárcel y perdiendo todo lo que acumularon con sus años en la política.