N ° 10/2006 - Año 7º
Buenos Aires, agosto 25 de 2006.-
Que kirchner y su pandilla han arrasado con la Constitución, la división de poderes convirtiendo al Congreso en una oficina notarial que solo ratifica sus abusivos poderes es ya un hecho histórico.
¿Tenemos que resignarnos al atropello de nuestros derechos y garantías constitucionales, a la cobardía de los kongresistas?
¡No! Pero tampoco llorar ante el atropello de Kirchner, su traición a la Constitución que juro cumplir y hacer cumplir. Ni a los kongresistas que bajo infames excusas han entregado la suma del poder público a Kirchner.
Pero esto no lo han hecho solos, tienen cómplices dentro de la sociedad civil, y no son cómplices porque están enamorados de las ideas de Kirchner –que ciertamente son casi desconocidas- sino que lo hacen porque están recibiendo parte del botín. Porque son los que se están haciendo ricos con el dinero que reciben del Estado.
Un claro ejemplo son los empresarios de servicios que “no les aumentan las tarifas” pero se llevan generosos subsidios del Estado. Se la cobran más fácil y sin necesidad de audiencia pública, y de yapa nada va al índice de precios. En esto el sector transporte encabeza las sospechas de recibirlos a cambio de “retornos” al secretario de transportes Ricardo Jaime
Los constructores de obras no licitadas, contratadas en forma directa, de concesiones de peajes extendidas sin concursos también son parte del sistema de caja que permite imponer el poder autoritario. Pero ello no se hace sin la complicidad de muchos que comparten el botín al calor del poder.
A todos ellos hay que decirles que llegará el día en que habrá juicio y castigo de quienes para quienes traicionaron a la patria y/o fueron parte del reparto del botín.