N ° 9/2006 - Año 7º
Buenos Aires, julio 07 de 2006.-
Raúl se equivoco de compañía: El frustrado intento de don Raúl Alfonsín de rendir homenaje a Humberto Illia en la casa de gobierno de los argentinos tenía un anticipado final negativo. Primero porque está muy mal que alguien pudiera recordar que Illia asumió con muy pocos votos, casi un poco más que Néstor Kirchner. Segundo porque el mismo Alfonsín habrá sido un mal presidente pero fue votado por el 54% de los votos, ¿Qué quería recodarle a Kirchner? Además si no está Kirchner para robarse el acto y ser el centro eso no se permite.
Y finalmente si quería entrar en la Casa Rosada por haber sido presidente constitucional debería saber que pase libre de ingreso solo tienen la Mamá del “Néstor”, Hebe de Bonafini, apologista de la ETA y AL Qaeda, o los asaltantes de comisarías como Luis D’elía. Para Kirchner los presidentes constitucionales son un peligroso testimonio que se puede gobernar con libertad de prensa, sin apretar empresarios, ni demás atropellos de la ley y la ciudadanía a los que él acostumbra.
Koherencia con la seguridad y la justicia: El gobierno dio a conocer su proyecto de despenalización del crimen, erradicación de las penas, y promoción de la drogadicción. Los únicos actos que seguirán siendo duramente castigados son el no pagar los tributos al régimen.
El proyecto de reforma del Código Penal presentado por el kirchnerato se da de patadas con toda la información disponible sobre delincuencia. Según las Naciones Unidas el consumo de drogas duras y marihuana ha crecido en Argentina un 300% entre los adolescentes en el año 2005. la propuesta del gobierno es despenalizar su tenencia para consumo, y plantarla para consumo personal.
Según estadísticas oficiales durante el año 2005 se detuvieron más de 26.000 menores por comisión de delitos, entre ellos casi 300 casos de homicidio. El proyecto del gobierno propone subir la edad de la imputabilidad y disminuir agravantes en casos de homicidio.
Está claro hacia donde vamos, a la libertad de los delincuentes y una mayor inseguridad. Y según leí en Ámbito Financiero de aprobarse esta reforma quedarían en libertad casi en forma automática alrededor de 30.000 delincuentes (condenados obviamente). Con este panorama está claro que no se trata de mejorar las garantías procesales y constitucionales sino de promocionar el delincuentismo.
Congreso ya no teníamos, lo que nos quitan es información El gobierno argentino no debate sus iniciativas más dictatoriales, como por ejemplo la de ésta semana otorgar para siempre al jefe de gabinete la facultad (prevista para casos de emergencia), de reasignar partidas que el Congreso había determinado al dictar el presupuesto (en otros términos, legaliza la malversación de fondos públicos. Ver art. 260 del Código Penal). Lo que hace en lugar de discutir es invalidar y descalificar.
Señor Director:
Súper – Superpoderes:_"El Congreso Nacional tiene que garantizar el sistema de división de poderes oponiéndose a los «superpoderes» que pretende el presidente Kirchner y recuperar las potestades que confirió, de lo contrario estaría cometiendo un gran error, y correría un grave peligro el funcionamiento institucional de la República. Es por ello que debe rechazar el proyecto impulsado por el Ejecutivo Nacional que pretende la modificación del artículo 37 de la Ley de Administración Financiera delegando poderes para el Jefe de Gabinete de Ministros Alberto Fernández, y así reasignar partidas presupuestarias que este considere necesarias.
El intervencionismo planteado por el Gobierno sobre el que se asienta también la discrecionalidad presupuestaria, al que sumó la emisión de DNU sobre la materia y los fondos fiduciarios que se manejan por fuera del presupuesto nacional; no se dirige al progreso y desarrollo productivo del país. Por ello es hora de gobernar. Hace tres años que Kirchner está inmerso en peleas anacrónicas, persiguiendo la caja política, la hegemonía y, en consecuencia, la suma del poder público. ¿Hasta dónde el Gobierno puede jugar el rol de niñera? ¿Dónde están los límites?
"A veces uno tiene la sensación de que es el Gobierno quien sufre una adicción al poder que debería ser limitada. Más aún, la justificación según la cual lo hace «por el bien del país» está sujeta a abusos interpretativos; saqueo en beneficio de todos a través de variadas técnicas como, por ejemplo, la excesiva cantidad de permisos de licencias. Por ello este fanatismo intervencionista es un juego muy peligroso, no sólo por los métodos coercitivos que emplean, sino especialmente por la ceguera con que los usan; reduciendo al individuo. Y mientras esa sensación de intensa descarga prosiga, la coacción sobre los demás no cesará. Es la retórica de buena parte de este gobierno egoísta que coloca el falso altruismo como justificación interna y externa de la destrucción que provoca".
Walter Gutiérrez DNI: 23875274
Pte. Juventud Liberal Provincia de Buenos Aires