Artículo de "Argentina Days" - Propietario y Director: Santiago Manuel Lozano

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N ° 5/2006 - Año 7º

Buenos Aires, abril 27 de 2006.-

Hitler y Castro asesoran al gobierno de Kirchner en materia de precios

por Gustavo Lazzari

Gustavo Lazzari es Director de Políticas Públicas de la Fundación Atlas. Se desempeña como Profesor de la Universidad de Buenos Aires (Facultad de Derecho) y como Profesor en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas.

El gobierno está aumentando la dosis de intervención en materia de control de precios de la carne. Cada semana se acentúa la presión del gobierno para lograr que la carne baje de precio.

El mecanismo utilizado es erróneo, el blanco es el equivocado y las consecuencias serán gravosas.

En el mejor de los casos, solo podrá bajar el precio del kilo de  lomo que se consume en los barrios más acomodados de la ciudad (de pasó allí viven los mas entusiastas seguidores del modelo K).

El gobierno apela a la supuesta rudeza de sus funcionarios para atemorizar a empresarios. El Diario Perfil y Página 12 han publicado que el Secretario Guillermo Moreno ha mostrado un arma en una reunión con empresarios y además suele mostrar los genitales como señal de presunta fortaleza.

En el  juego de naipes más popular de los argentinos la carta menos valiosa es el “cuatro de copas”. Uno puede engañar a su rival una, dos o tres veces teniendo un cuatro de copas pero simulando que se posee una carta de mayor valor.

Sin embargo, no puede jugar todas las manos con un cuatro de copas.

El secretario Moreno sabe (o debería saber) que frente a un mercado sobre demandado (como es el de la carne) tiene en sus manos un cuatro de copas. Y por más que “apriete”, “amenace”, “se tome los genitales” o muestre algún “fierro”, el precio de la carne se le va a disparar. La demanda es mayor que la oferta. Y el gobierno, apuesta a que los empresarios se asusten, la rentabilidad disminuya y por tanto, la oferta se desintegre.

Los nazis quisieron controlar el precio de la carne y no pudieron. El 26 de noviembre de 1936 establecieron un control de precios que fijaba los precios (entre ellos la carne) al 17 de octubre de dicho año. La coincidencia con la día peronista es solo casual.  Tiempo después, el jerarca nazi responsable del planeamiento económico Herman Goering, siendo prisionero confesó que: “Si intentan controlar precios y jornales, es decir el trabajo del pueblo, deberán controlar la vida de las personas y ningún país puede intentarlo a medias. Yo lo hice y fracasé. Asimismo, una nación tampoco puede imponer un control absoluto. Y lo intenté y también fracasé”.

Los soviéticos vieron fracasar el más cruel sistema de control de precios, vidas y personas. Para mitigar las nefastas consecuencias del control en términos de desabastecimiento y hambrunas, los soviéticos popularizaron una adivinanza. “¿qué cosa mide cincuenta metros de largo y come papas? Respuesta: el pueblo ruso haciendo la cola para comprar carne.”

El amigo (del gobierno) Castro cuando comenzó su mandato había una vaca por cada cubano. En la isla se comía carne todas las semanas. Hoy hay 1/3 de vaca por cubano y solo se vende en las tiendas dolarizadas para turistas. Los cubanos solo acceden a la carne dos veces por año en las cartillas de racionamiento.

El gobierno pretende reeditar la ley de abastecimiento. (Nro 20.680) Una ley utilizada sin éxito por el gobierno militar y por el hiperinflacionario período de Alfonsín.

La ley de abastecimiento en Argentina se fundamenta en lo más oscuro de las iniciativas soviéticas, nazis y castristas. Presupone el mismo nivel de autoritarismo y arbitrariedad. Es absolutamente incompatible con la democracia. De hecho, ningún gobierno que respeta los derechos humanos la ha utilizado.

En su articulado, la ley 20.680 propone:

·   Establecer, para cualquier etapa del proceso económico, precios máximos, congelamiento  y/o márgenes de utilidad

·   Fijar precios mínimos y/o de sostén y/o de fomento;

·   Dictar normas que rijan la comercialización, intermediación, distribución y/o producción;

·   Obligar a continuar con la producción, industrialización, comercialización, distribución o prestación de servicios,

·   Prohibir o restringir la exportación cuando lo requieran las necesidades del país;

·   Intervenir temporariamente, para su uso, explotaciones agropecuarias, forestales, mineras, pesqueras; establecimientos industriales, comerciales y empresas de transporte;

·   Faculta al Poder Ejecutivo a fijar multas dinerarias, arresto hasta 90 días, clausuras, inhabilitaciones, comiso de mercaderías, hasta publicación de la sentencia condenatoria a costa del infractor, etc.

Es imperioso que el gobierno racionalice su discurso. El combate de la carne será gravoso. La patria ganadera lo seguirá siendo. Pero los emprendedores individuales se asustarán y sembrarán soja, trigo o cordero patagónicos. El precio de la carne subirá inexorablemente, y no habrá mas medidas que tomar. Genitales y armas  no seducen ninguna oferta.

 

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