N ° 4/2006 - Año 7º
Buenos Aires, abril 12 de 2006.-
La desfachatada arenga del Ministro del Interior, Aníbal Fernández señalando que “Tabare no manda en Uruguay, si se quiere resolver el problema de las papeleras el presidente Kirchner debería reunirse con el presidente de Botnia” es revelador de porque no entendemos la visión del Uruguay y Botnia, y a la vez un desolador testimonio de nuestra incultura republicana.
La actitud del gobierno argentino es la de una monarquía absoluta, ni siquiera parlamentaria. Para Kirchner, y la mayoría de los argentinos parecen aceptarlo, él es la ley. No hay constitución, ni congreso, ni jueces, ni leyes a las que someterse.
¿Por qué no entendemos que Botnia no detenga sus obras? ¿Por qué no entendemos que el presidente de Uruguay no apriete, presione a Botnia?
Acostumbrados al autoritarismo de Kirchner creemos que Tabare debería actuar de esa forma.
Acostumbrados a la cobardía de nuestros empresarios creemos que si un presidente le “pide” a una empresa que detenga su trabajo esta debe hacerlo.
Acostumbrados a vivir en una dictadura disfrazada por una elección condicionada un día cada dos años entendemos que el presidente puede presionar obtener de quienes trabajan en el marco de la ley, conductas de sumisión.
Acostumbrados a que grupos delictivos se adueñen de nuestras calles, rutas, destruyan edificios, y hasta golpeen personas “emblemáticas” hemos aceptado nuestra libertad de transito, y nuestra propiedad, cuando no nuestra integridad física, y por lo tanto aceptamos que un grupo de personas impida el libre transito en nuestras fronteras.
Pero sucede que Uruguay no es igual Allí una patota que corte una ruta es ilegal y no se permite. No se canjea una conducta legal por una ilegal, y el presidente tampoco "presiona" a una empresa. Ni una empresa arruga porque a kirchner se le ocurre que detenga sus trabajos.
Creo que no entendemos a Uruguay, ni a Botnia, porque nos hemos acostumbrado a una dictadura, a la cobardía de tantos que prefieren sonreír cuando están siendo forzados a soportar el autoritarismo. Nos hemos acostumbrado a que los piketes se hagan dueños de nuestras calles y rutas, a que quienes trabajamos y pagamos impuestos seamos tratados como delincuentes por muchos políticos que difícilmente puedan explicar los trajes y corbatas que llevan puestos, los vestidos y joyas, y todo eso lo hacen con el abuso del dinero que nos roban mediante tributos inconstitucionales, todos los cuales son llamados de emergencia y se fundan en el destino de "redistribuir".
Que bien estábamos cuando los gobiernos no tenían impuestos de emergencia, ni querían redistribuir el trabajo ajeno, ni sus frutos. En esas épocas Argentina recibía millones de inmigrantes pobres ansiosos de "hacerse la América", de esos trabajadores que parecen los que hoy quieren emigrar y emigran de nuestra Argentina hacia los EEUU, como sus abuelos dejaban Europa con destino a nuestra nación.
No entendemos porque Botnia no detiene su obra, no entendemos porque Tabare no presiona y hace parar las obras. No podemos entender porque Botnia eligió Uruguay en lugar de Argentina.
Botnia eligió invertir en un país donde la ley resguarda y el gobierno también se somete a la ley, no sufre extorsiones, ni presiones estatales porque está invirtiendo y generando nueva riqueza.
No entendemos pero las respuestas están ahí, a la vista nuestra y solo es cuestión de querer verlas.
No podremos entenderlo mientras no aceptemos que estamos bajo una dictadura, que ninguna de esas conductas son propias de una republica, ni de una democracia. Y además no todos los empresarios son mercantilistas que quieren ganar una fortuna en corto tiempo por el favor del zar y su korte. También los Krupp ganaban fortunas con los nazis, pero un día la cuenta les llego también a ellos.
No es culpa de Botnia, no es culpa de Tabare, ni de Battle, es nuestra. Tenemos en kirchner un dictador. Tenemos en muchos de quienes Kirchner presiona una magnifica banda de cobardes que callan y hasta le sonríen con solo un día de diferencia. Entonces no podemos entender a Uruguay y a Botnia. Y mientras no podamos entenderlos nuestra nación seguirá siendo arrasada por políticos de ideas y valores corruptos, socialistas o mercantilistas.
Como frutilla de la torta el Ministro de Planificación Federal también se permite extorsionar a todo Uruguay amenazando con cortar la venta del gas ya comprometida y por la cual en Uruguay invirtieron para construir gasoductos y redes de distribución. Nada importa en el camino de la grosería propia de gobiernos tiránicos e imperialistas. ¿O nadie imagina que diríamos de los EE.UU. si un ministro nos amenazara con algo semejante?
Ojala Uruguay se salve del imperialismo argentino y kirchnerista firmando el ALCA. Algo que los ponga a cubierto de nuestra prepotencia y antirepublicanismo.
N. de la R. Hoy se publico una carta de José Benegas en La Nación en igual sentido que copiamos a continuación:
Máxima autoridad
Señor Director:
"El ministro del Interior, Aníbal Fernández, pinta la concepción oficial sobre las instituciones cuando con ironía dice que el presidente argentino debería reunirse con el presidente de la empresa Botnia y no con Tabaré Vázquez, que carece de poder. Efectivamente, Vázquez carece de poder legítimo para ordenar la clausura de una obra privada, lo cual habla bien de Uruguay, donde el poder no es ilimitado.
"Ahora seguramente vendrá la réplica desde el gobierno uruguayo: Tabaré no debería reunirse con Kirchner sino con los piqueteros de Gualeguaychú, que son los que tienen el poder en la Argentina. Mientras en Uruguay un gobierno se ve limitado por los derechos de una empresa privada, en la Argentina la limitación la ponen todo tipo de revoltosos. Está claro dónde hay que invertir y dónde hay que dedicarse al desorden."
José Benegas mail@eldisidente.com