Artículo de "Argentina Days" - Propietario y Director: Santiago Manuel Lozano

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N ° 4/2006 - Año 7º

Buenos Aires, abril 12 de 2006.-

La UBA es un testimonio de la barbarie

La elección de un nuevo rector para la Universidad de Buenos Aires ha desatado un nuevo escándalo sobre su organización. Una vez más es la izquierda más violenta la que impide la elección y para ello denuncia la supuesta pertenencia al Proceso del candidato Atilio Alterini que según las crónicas contaría con la mayoría de la asamblea que debe elegir.

Hay varias cuestiones de esta asamblea para comentar y me gustaría empezar por el “invento que revienta al inventor,” o como la cobardía moral e intelectual ante la izquierda es injustificable.

Muchos parecen olvidar que hace casi tres años, en mayo de 2003, siendo Atilio Alterini decano de la Facultad de Derecho recibio y ofrecio la facultad de derecho al tirano Fidel Castro para un acto de proselitismo. Así le paga la izquierda castro comunista la cobardía moral a Alterini.

De nada le ha servido a Alterini ser un vergonzoso lamebotas del tirano y genocida Fidel Castro. La agresión y difamación verosímil, pero no verdadera alcanza para pretender impedir su elección. Alterini es pagado hoy por la izquierda con la moneda que merecen los tibios, los que se inclinan ante la intolerancia comunista, porque además son quienes engañan a los menos educados.

Lo imperdonable de aquella tarde en la facultad de Derecho fue ofrecer a un tirano como Fidel Castro su aula magna, sus amplias escalinatas para que practique la propaganda de un régimen que niega el derecho y la libertad de educación y de enseñanza.

La Cuba de Fidel Castro es un régimen tiránico, donde hay censura de libros, periódicos, donde pensar distinto del adoctrinamiento estatal es penado con prisión por tiempo indeterminado. Donde las sentencias son dictadas por la policía secreta del régimen sin que ninguna defensa conmueva a jueces que de eso solo han robado el nombre.

Nunca Atilio Alterini debió hacer homenaje a un tirano semejante, mezclar justamente una Facultad de Derecho con quien se ufana de sus atropellos al derecho. Si por algo Atilio Alterini no debe ser elegido rector de la Universidad de Buenos Aires es por su cobardía de aquella tarde.

Fue un atropello a la tradición republicana y constitucional que España, Juan Bautista Alberdi y el naciente derecho constitucional norteamericano legaron a nuestra nación. En la Cuba de Castro no existe el derecho sino un régimen comunista y totalitario. Lo que llaman sistema de educación es una maquinaria de adoctrinamiento partidista, donde no hay libertad de enseñar, ni de aprender. ¿Cómo puede ser rector de la mayor universidad nacional quien rinde homenaje a un tirano como Fidel?

Volviendo a la elección concretamente, la izquierda siempre apuesta al caos aunque disimule de democratismo sus propuestas, por lo tanto los 300 activistas reclaman la elección directa del rector por parte de toda la “comunidad universitaria”.

La trampa es sostener que todos deben y pueden votar como si elegir un buen rector universitario fuera derecho natural de los empleados y alumnos, especialmente cuando ni siquiera los alumnos pagan por estudiar. Es que los empleados ya tienen sindicato y nada tienen que ver con el gobierno académico y administrativo de la Universidad.

Los alumnos están estudiando pagados por el resto de los ciudadanos de donde su primera obligación es estudiar y aprobar para no malversar el dinero de los contribuyentes, que por supuesto incluye a una mayoría cuyos hijos jamás podrán estudiar en ella, lo que hace aún más inmoral todo el palabrerío y reclamo estudiantil.

Los alumnos no están preparados para decidir ellos quien debe ser rector, ni decano. Y si algún derecho se les ha dado, debería estar calificado tanto en para votar como para ser votado. Por ejemplo para votar debería exigirse regularidad en el curso de la carrera, y no una cualquiera, sino una exigente, como no tener atrasada materias, un promedio mínimo de seis (que no es muy alto tampoco) y para ser votado el promedio debería ser aun más elevado, ocho y además estar en los dos últimos años de la carrera.

Así votan los estudiantes y no los activistas y otros vagos que se eternizan como estudiantes, mantenidos por organizaciones a las cuales nada les importa la excelencia académica, sino gobernar centros de estudiantes que son un brillante negocio exento de impuestos y riesgo de capital.

Al rector de una universidad no se lo vota por la “comunidad universitaria” como si se tratara de un diputado o concejal. Los primeros que deberíamos tener derecho si se trata de voto universal son quienes la pagamos con nuestros impuestos, así elegimos alguien que haga estudiar a los alumnos, eche a los vagos y activistas y le devuelva la calidad educativa que supo tener.

Aunque parezca una broma no existe ni una universidad de excelencia en el mundo que tenga más que algunas pocas decenas de miles de estudiantes. Ni en China comunista existen universidades de 300.000 estudiantes, ni mucho menos los estudiantes se permitirían formular reclamos semejantes como los de estos grupos izquierdistas argentinos. Es que hasta el comunismo es poso serio en Argentina.

Por otro lado ante la sobredimensión de la matrícula universitaria quedan pocas soluciones para recuperar nuestras universidades como centros de estudio de excelencia. Hay que empezar por dar “egreso irrestricto,””. Darle a todos, a los 300.000 estudiantes de la UBA el cartoncito que diga que tienen una profesión. Así todos, los de ahora y los que egresamos hace décadas quedamos devaluados por igual. A partir de ese sinceramiento solo valdrá lo que sabemos, no lo que el cartoncito llamado “título universitario” presume debimos aprender. Con el egreso irrestricto el año siguiente tendríamos cero alumnos y todo podría empezar desde un nuevo comienzo y con seriedad.

Es por cuestiones morales como una vez escribí para revista Urgente 24 que se debe arancelar la universidad y derogar el democratismo interno. Porque el sistema creado por el radicalismo con la reforma universitaria de 1918 está robando y quemando el dinero de muchos que no tienen para comer, para educar a sus hijos. Era una cuestión de tiempo que el sistema terminara en esto. Es sistema vigente es inmoral.

 

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