N ° 2/2006 - Año 7º
Buenos Aires, marzo 10 de 2006.-
Cuando leí que algunos ex concejales de la UCEDE, Pedro Benegas, Fernando Bustelo y Carlos Maslaton, más el ex concejal del Partido Federal y caballista Guillermo Francos asistieron al palco oficial del acto golpista de Aníbal Ibarra recordé a César al ver también a Bruto entre sus asesinos.
Porque digamos las cosas como son, un juicio político es parte de las instituciones. Una pueblada que intenta detenerlo y prepotear a la legislatura que lleva adelante el juicio político dentro del marco constitucional es un acto golpista. El abuso del dinero público para alquilar la buena voluntad de muchos periodistas y medios de comunicación es golpismo y corrupción.
En estos meses el único golpismo ha sido el de Aníbal Ibarra, como también la más que centenaria en millones malversación del dinero municipal en propaganda ibarrista. Una corrupción que por su magnitud inexcusable hasta denunció Horacio Verbistky desde Pagina 12, quien seguramente no acompaña a Mauricio Macri.
En cuanto a Pedro Benegas, Fernando Bustelo y Carlos Maslaton el website Urgente.24 dijo que habría que pedirme alguna explicación. No la tengo, ni me corresponde darla, los he visto en las peñas menemistas, o a Maslaton desagraviando al Diputado Patti en una cena cuando le negaron su asunción. A Pedro Benegas y Fernando Bustelo, los he visto apoyando a Cavallo en su partido unipersonal, pasar por la Alianza en 1999, por el macrismo, por el partido López Murphy, los he escuchado por años reivindicar el aniquilamiento de la subversión, los he visto admirar a quienes combatieron al terrorismo y ahora verlos junto a quienes reivindican el terrorismo no me resulta explicable, ni justificable.
Del ex concejal Pablo Caullier (vivía en Buenos Aires y se hacía designar como representante de la UCEDE de Formosa, y si mal no recuerdo llego a su banca del dedo de Domingo Cavallo y ahí trabó amistad con Alberto Fernández otro ex cavallista de nota) creo que vale la reiterada y constante descripción que siempre daba el propio Carlos Maslaton, “Caullier siempre fue un comunista encubierto”. De donde no me explico que hace Carlos junto a él.
Fue en la cena en honor del diputado nacional Patti donde tuve un contrapunto con Carlos Maslaton por el tema Ibarra y fui bien claro entonces. No juego a la democracia, ni a la república con quienes quieren servirse de las reglas para establecer una dictadura. No me engaño con las falsas declamaciones de Ibarra y su democratismo defendido a fuerza de dinero de los impuestos, está siendo juzgado por hechos y una administración cuasi mafiosa que monto desde el poder, y eso no tiene que ver con la democracia.
De Guillermo Francos huelga decir que se había retirado de la política por “cansancio moral”, pero si su empleador de turno le ordenara abrazar a Ribentropp y Molotov, Guillermo Francos no solo los abrazaría con entusiasmo, sino que seguramente hasta les pediría un autógrafo de Adolf Hitler y Joseph Stalin.
Y también son unos hipócritas quienes los reciben, me refiero a los ibarristas y demás izquierdistas, dueños de esa múltiple moral que les permite servirse de todo y de todos según las necesidades del poder de cada día.
Lo cierto es que la traición de sus propios ideales y valores, el abrazarse con quienes no han de vacilar en mandarlos a un campo de “reeducación democrática” (los izquierdistas tienen esa creatividad tan orwelliana) junto a quienes no hemos dejado de defender ni los valores liberales y republicanos, ni confundimos una búsqueda laboral, oportunidad comercial con nuestra acción política causa un cierto cansancio moral.
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Por cierto y una vez más si castigar a quien como jefe de un gobierno monta una estructura de corrupción e impunidad, a quien incumple sus obligaciones y funciones y de ello resulta luego la muerte de 194 personas fuera un acto de golpismo, ¿porque Ramón Saadi y la señora Nina Juárez fueron responsables de cuestiones de relativamente menor gravedad que justificaron la intervención federal? ¿Cuan inmorales son aquellos que como Estela Carlotto, Hebe Bonafini, Adolfo Peréz Esquivel -entre tantos falsos humanistas- salen a defender a Ibarra olvidando sus reclamos de intervenir aquella Catamarca de Ramón Saadi y el Santiago del Estero de los Juárez?
Por supuesto que entre los campeones de la hipocresía esta el ex juez del Proceso Julio Strassera, inveterado que asumió su cargo de juez jurando los estatutos golpistas de los militares y quiso calificar de golpistas a los legisladores que cumplieron sus funciones y atribuciones constitucionales. Si alguien de todos quienes participaron en el juicio político contra Aníbal Ibarra merece el calificativo de golpista es justamente Julio Strassera que fue juez penal del Proceso.