N ° 2/2006 - Año 7º
Buenos Aires, marzo 10 de 2006.-
Osvaldo Cornide, como presidente de una organización empresarial llamada CAME que representa a los comerciantes ante el cierre de la exportación de carnes expreso: “el gobierno tiene las atribuciones de tomar todas las medidas para garantizar el abastecimiento de carnes para el mercado interno. La medida es muy positiva” (La Nación marzo 10 de 2006, página 3 de la sección Economía).
La medida de Kirchner es un atropello de los derechos y garantías constitucionales de libre comercio, de ejercer libremente toda industria lícita, por supuesto del derecho de propiedad. Derecho que implica poder vender lo que es de uno a quien se nos venga en gana, sea dentro o fuera del territorio nacional, y esta prohibición de exportar carne implica abolir el derecho de propiedad.
Los socios de CAME deberían echarlo de una buena patada en trasero a este miserable que los representa. Porque además de ser un obsecuente es un mentiroso, Cornide sabe muy bien que el gobierno no tiene semejante facultad, salvo que aceptemos que la Constitución Nacional es una pieza teatral y Kirchner es un Duce que puede hacer lo que quiera con nuestra libertad, propiedad, nuestras empresas y comercios.
El respaldo de la medida por Osvaldo Cornide es también un peligro para los socios de CAME, aunque hoy crean que es solo para los exportadores de carne, si mañana Kirchner decide culparlos de la inflación que causa su política económica y les aplica restricciones a su actividad podrá usar las palabras del propio Cornide.
Los empresarios y demás personas que por congraciarse con el dictador Kirchner se expresan con semejante obsecuencia no hacen más que alimentar la hidra que más tarde vendrá por ellos. En una galería de cobardes, obsecuentes y miserables Osvaldo Cornide se gana un destacado cuadro de deshonor y vergüenza.