N ° 1/2006 - Año 7º
Buenos Aires, febrero 15 de 2006.-
Cuando en nuestro país el gobierno de facto que encabezo Eduardo Duhalde devaluó la moneda, anulo la convertibilidad violando las leyes que garantizaban además la intangibilidad de los depósitos, también se modifico la ley de quiebras para hacer un megafraude a muchos acreedores de grupos empresarios como Clarín. Ante algunas justas reclamaciones especialmente del exterior se restituyeron algunos de los derechos de los acreedores, pero se sancionó una nueva ley para proteger al grupo Clarín, que se llamo “protección de patrimonio cultural”.
Por esos tiempos denunciamos que esa ley tenía justamente el nombre y apellido del Grupo Clarín y sus empresas, y de uno de sus principales directivos; Héctor Magnetto.
Para el año 2001 la deuda de las dos empresas emblemáticas del llamado grupo Clarín, AGEA S.A. y Multicanal S.A. debían más de US 1.000 millones. Ambas bajo concurso preventivo gozaron del beneficio que implico la “pérdida de los derechos de sus acreedores” para imponer fuertes quitas y dilación a los pagos de sus deudas.
Los directivos del Grupo Clarín se la siguen pasando “bomba”, no dejaron de tomar los mejores champagnes, comer las más finas y caras comidas, de viajar siempre en primera o en jets privados, de disfrutar sus casas y departamentos en varios de los lugares más caros del planeta. Siempre he visto como un mal ejemplo del capitalismo que existan esos ejemplos, de “directores” de empresas que viven la gran vida, mientras sus empresas no pagan a los acreedores. Porque la viven a costa de acreedores de posición más débil, de haberse abusado de la buena fe de otros empresarios, y sobre todo arruinando el capital ajeno.
Mucho más debemos condenar moralmente cuando eso se hace mediante la presión al Estado y a los funcionarios, legisladores para obtener posiciones de mayor fuerza frente a los acreedores.
Tal vez algunos ingenuos aun crean que no es para tanto y que realmente esas leyes fueron modificadas y sancionadas para rescatar a las empresas culturales de los “acreedores buitres”. La verdad es que a ningún otro argentino se le permitió pagar deudas con el estado con bonos defaulteados a valor nominal. Pero en estas semanas se ha hecho público que el grupo Clarín a través de Multicanal ha comprado el 25% de la compañía que controla Cablevisión, comenzando de esta forma una adquisición monopólica de la oferta de televisión por cable en Argentina.
Esta compra solo puede hacerse mediante la previa maniobra de haber dejado sin pagar gran parte de sus deudas, de obtener ingentes beneficios de dineros y negocios del y con el Estado utilizando su posición dominante, como resulto el sonado caso de la adquisición de millones de libros por la provincia de Buenos Aires a la imprenta del Grupo Clarín, de la venta de un paquete minoritario de Ciudad Digital al Grupo Bapro (Banco de la provincia de Buenos Aires), etc.
En solo 4 años el Grupo Clarín no solo pasó de ser un quebrado sino a poder comprarse a su competencia a precios muy importantes. Todo eso no sucedió mediante nuevos descubrimientos, inversiones en tecnologías superiores, sino mediante el desarrollo del mercantilismo empresario de asociarse con los funcionarios del Estado para lograr fines particulares. En ese camino se destruyó parte importante de la seguridad jurídica de nuestra nación, alejando a muchos otros inversores. El precio de la riqueza de los directivos de Clarín y de sus empresas se paga con la menor inversión, mayor pobreza, mayor brecha entre ricos y pobres, ha sido obra de dos gobiernos de facto (Duhalde y Kirchner) que se dicen justicialistas, o son, pero cuyos resultados los muestran sirviendo a unos pocos poderosos y ricos..